Manifestación. Cualquiera. ¿Motivo?. Eso es lo de menos. De estudiantes, por ejemplo. Acaba la manifestación, la oficial, la que ha tenido mavisa actividad, y quedan los reductos de siempre, dispuestos a romper farolas, cabinas y todo mobiliario urbano que encuentren a su paso. La gran mayoría de los estudiantes recelan de ellos. Son organizados y han venido a eso. Cuando se realiza un análisis de la manifestación no se dice que los estudiantes sean unos vándalos y que se comportaran incívicamente. No, se advierte que la manifestación terminó pacíficamente y el resto de la historia ya la sabemos.
Han identificado a 22 limpiadores que se han dedicado en los días de huelga de la limpieza en el Metro a ensuaciar las estaciones. Son 22 frente a los 1.500 trabajadores de la limpieza del suburbano. No es justo que los metamos a todos en el mismo saco. Sería además muy tentador, empresa a la que se le monta una huelga, contrata a cuatro o cinco saboteadores y ya tiene a la ciudadanía y a la prensa de su parte. La reinvindicación es más que justa y el vehículo utilizado legal y legítimo, la huelga, herramienta sin la cual seguiríamos trabajando catorce horas al día. Lo que pasa es que resulta fácil quedarse con una parte, sobre todo cuando eres ciudadano y tienes que sortear saneamientos (¡ saneamientos!) o bolsas de basura orgánica en el metro. Es a la prensa y a los políticos a los que se les debería pedir un poco de coherencia y mesura. Pero claro, eso es pedirle peras a un olmo...bueno, tal y como anda la genética, habrá que ir cambiando de metáfora.
En fin, que como siempre, yo me pongo de parte de los trabajadores, así soy y así me gusta ser. ¡ Esperanza, escucha, siguen en la lucha !.
Han identificado a 22 limpiadores que se han dedicado en los días de huelga de la limpieza en el Metro a ensuaciar las estaciones. Son 22 frente a los 1.500 trabajadores de la limpieza del suburbano. No es justo que los metamos a todos en el mismo saco. Sería además muy tentador, empresa a la que se le monta una huelga, contrata a cuatro o cinco saboteadores y ya tiene a la ciudadanía y a la prensa de su parte. La reinvindicación es más que justa y el vehículo utilizado legal y legítimo, la huelga, herramienta sin la cual seguiríamos trabajando catorce horas al día. Lo que pasa es que resulta fácil quedarse con una parte, sobre todo cuando eres ciudadano y tienes que sortear saneamientos (¡ saneamientos!) o bolsas de basura orgánica en el metro. Es a la prensa y a los políticos a los que se les debería pedir un poco de coherencia y mesura. Pero claro, eso es pedirle peras a un olmo...bueno, tal y como anda la genética, habrá que ir cambiando de metáfora.
En fin, que como siempre, yo me pongo de parte de los trabajadores, así soy y así me gusta ser. ¡ Esperanza, escucha, siguen en la lucha !.
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