18 de julio de 2008

QUE MALA SUERTE

Lo de tener supersticiones me parece un poco cuestión de suerte. Y no deja de ser paradójico que para defender la ausencia de la suerte la utilice. No sé de quien copié esta frase (es demasiado buena para ser de mi cosecha) pero siempre me ha encantado: no soy supersticioso porque da mala suerte.Hace un par de días, en una de las entretenidas comidas laborales, hablamos de esto, de la mala suerte, los males de ojos, las supersticiones. Había quorum en la mesa, cinco mujeres supersticiosas, unas más que otras, dos hombres totalmente ateos en esto de los demonios y los males de ojo. Tanto es así que bromeamos con buena parte de los jueguecitos. Y como estábamos en la mesa, tiramos la sal y nos reímos. Al día siguiente, cuando me dispuse a venir al trabajo, pum, el coche, mi adorado bravito, que decidió tomarse un descanso. No arrancó. Volví a casa, cambié de planes y de coche. Como ambos nos son necesarios fue mi pareja la que se encargó de los trámites. Llamó a la grúa, le ofrecieron una batería pero el importe le pareció excesivo, así que directamente, con el coche arrancado y con un bebé de un mes y medio, se fue al taller. Dejó al peque con la abuela y al doblar un esquina, patapum, un bordillo malediciente y maleducado que se le cruza por el camino y una rueda que se pone fallara y explota con un petardazo. En el taller le recomendaron cambiar ambas porque no tenían el mismo modelo y, a su vez, la batería tampoco era mucho más barata que con el servicio de la grúa. Era fácil, y a eso me refiero con la suerte, pensar que la culpa la tuvo la sal. En cambio, yo prefiero pensar que las baterías tienen una vida relativa, menor cuanto más viejo es el coche, que van dando señales que la mía ya me dio y que los bordillos, cuando acaban en pico y te los comes (literalmente) es fácil que inviten a una visita al taller. Ahora, si eres tendente a la superstición, ¿quién se resiste a la tentación de pensar que estas cosas son ciertas?. Suerte, en el fondo, de eso se trata, de tener la suerte de creer o no creer. ¿Tú crees?.

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