16 de julio de 2008

EXCEPCIONES

La vida está llena de ellas. Pero las que más me inquietan son en la aplicación de las normas. Y sobre todo cuando quien ha de cumplirlas es el que hace que se cumplan. Me refiero a los policías. Por ejemplo. ¿Su lugar de trabajo no es la calle?. ¿Pueden por tanto fumar en horario de trabajo?. En principio está prohibido fumar en tu lugar de trabajo. Vale, eso es demasiado exagerado, pero ¿y en el coche?. El coche sí que es su específico lugar de trabajo y ahí fuman si les da la gana y nadie puede multarlos. Y lo mismo ocurre si se saltan un semáforo, ¿quien se lo va a cuestionar?, o si dan una vuelta sobre una doble continua, o van a más velocidad de la debida. Creo que ya hemos hablado de ello, pero al vivir cerca de una comisaría sé que hay muchas urgencias cuando se acerca el cambio de turno, urgencias que, curiosamente, sirena en ristre, terminan en el parking de la propia comisaría. Con esto no cuestiono su trabajo, si no la herramienta que le da el estado a los chulos. Si un chulo macarra decide meterse a policía (probablemete acabe como antidisturbios) es muy complicado que con las herramientas de imposición (porra, armas, coche veloz, posibilidad de saltarse las normas) que le otorga el estado haga uso de ellas con el rigor necesario y en los casos únicamente en los que sea pertinente. Ya no hablo de abuso de autoridad, que merecería otro artículo, sino la relajación en el cumplimiento de las normas generales. Y recuerdo un caso muy claro. Al girar una curva cerca de casa seis o siete policías que salían de la cafetería frente a la comisaria nos hicieron parar (de no haberlo hecho estaría en la cárcel por haberlos atropellado) en mitad de la calzada, a diez metros de un paso de cebra, porque ellos eran la ley y habían decidido que pasaban por ahí. Al recriminarles su actitud con un sencillo ¿y por qué me tengo que parar? me respondió el más chulito, con mirada al estilo Cobra (le faltaba la cerilla, porque las gafas ya las llevaba), que me tranquilizara un poquito. Le faltó decir o te empiezo a revisar el coche y te multo hasta por no llevar antinieblas. Y todo esto lo dice quien tiene dos buenísimos amigos policía. Dos personas extremadamente educadas y respetuosas, pero...

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