23 de julio de 2008

La primera noticia que tuve del barrio no era muy halagüeña: llevamos a mi abuela a aquel lugar que a mi me parecía el otro lado del universo para que viera al Papa. Ahora, en cambio, por el espíritu combativo de sus habitantes, ha vuelto a mi universo. Estoy hablando de Orcasitas. Hay un grupo vecinal que ha hecho del sentido colectivo su bandera y de la reivindicación, justa y moderada, hasta divertida, un modus vivendi que envidio. Por eso quería recomendar su página, porque me parecen un ejemplo. Y para ejemplo su última iniciativa: durante años lucharon por soterrar las torres de alta tensión. Pues ahora que lo han logrado quieren hacer un monumento con el amasijo de hierros de la última de ella. Toda una poesía social hecha metal. Ahí va su página:


1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que Orcasitas es un proyecto especial. Se mueven siempre y van enovando sus luchas y modos de hacer las cosas. Están reinventado los "barrios obreros", que creimos habían desaparecido.
Animo Orcasitas, sois un ejemplo