10 de julio de 2008

MICROS


La neurona se sentó, rendida y desolada. ¡ No soporto más esta soledad !, gritó justo antes de apretar el gatillo.


Nota: yo pongo el relato, la localización es cosa tuya.

1 comentario:

ralero dijo...

¡Joderrrr con la neurora! ¿Qué culpa podía tener de su soledad el pobre gatillo? Con la compañía que suelen procurar los mininos...

Jajajajaja, lo siento, lo siento... a la pobre neurona desolada que queda en mi cerebro, ya revolver en mano y con el dedo índice listo para actuar, se le ocurrió el chiste fácil y prefirió expresarlo por escrito antes que retorcerle el pescuezo al simpático felino, jajajajaja.

Abrazos.