30 de julio de 2008

HUMORISTAS

¿Cual ha sido el mejor humorista de la historia?. Evidentemente esta pregunta me la hago a mí mismo, por lo que solo incluyo en la respuesta a humoristas que me hicieran reir a mí. En primero lugra me saldría Martes y trece y su inmortal empanadilla de Móstoles. Es un hito, no lo vamos a negar. Ayudó que luego el duo estuviera una década descojonando al personal nochevieja tras nochevieja, pero por aquel esqueche ya mereció la pena su nacimiento. Pero claro, tirando del hilo ¿cómo no mencional el teléfono de Gila?. Ese momento llamando al enemigo para preguntar cuantos van a atacar al día siguiente, porque no tienen balas para todos y que casi mejor que se las tiren y ellos se las vayan repartiendo, me hace sonreír cada vez que lo recuerdo. Tampoco me podría olvidar de Faemino y Cansado, que aunque en sus últimas actuaciones en lo que a mí respecta me dieron más de lo segundo que de lo primero, adornaron mis mañanas infantiles con sus muertes históricas en Cajón de sastre. Ahora, haciendo este panteón de la risa, vienen dando codazos los últimos de la fila. Además, claro, de mi pareja, con la que también he echado horas de risa. Son dos fundamentalmente. Unos me acompañaron las mañanas camino de la universidad y en los primeros años de trabajo, y son Gomaespuma, que si he de ser sinceros, les daría el top sin dudarlo, y el equipo que me relajó en los atascos estos últimos años, No somos nadie y Pablo Motos. Creo que aquí les he puesto a todos. Así que me dispongo a decir, uno de ellos ha de ser el mejor. Y pienso ¿cómo?. Pues fácil, el o los que más me hayan hecho reír, los que más me hayan hecho llorar de risa. Y entonces entra con fuerza un último candidato, se aupa en el podio y recibe las flores de las azafatas y el trofeo que le otorga ser el mejor humorista de mi vida: mi hijo. Con nadie me he reído tanto, con nadie me ha dolido tanto la tripa de risa ni he llorado hasta tener que pedir basta, una tregua.

No hay comentarios: