VA POR BARRIOS

Me encanta la forma gremial que tenemos de expresarnos. La lengua va por barrios. No digo los acentos, sino las expresiones que caracteriza a los grupos laborales, por ejemplo. El paradigma de lenguaje gremial para mí está en los toros. La crónicas taurinas, pese a nacer en la miseria del maltrato, te llegan con una poesía que ni Rafa León. Además, en su versión menos poética y más mundanal lo tenemos metido en nuestra rutina, porque hay que pillar el toro por los cuernos y no irse de novillos cuando eres estudiante, para echarle valor y al toro, que más cornadas da el hambre. En el otro polo de este universo idiomático estarían los futbolistas. De la metáfora al tópico. El lenguaje futbolístico, sobre todos si son los propios futbolistas los protagonistas es tremendamente previsible y plano. Vamos a darlo todo, porque no hay rival pequeño, y tocar y tocar, porque el partido no acaba hasta que pita el árbitro y la temporada es larga. Mi favorita, sin duda es tengo intención de quedarme en este equipo muchos años porque quiero triunfar en el X de Z. Dos meses antes de firmar un contrato en el Y de R. ¿Y los sueños?, ¿cuantas veces habéis escuchado a un futbolista decir que jugar en el W de H era su sueño desde niño?. De hecho conozco casos de jugadores que de niño soñaron con jugar en seis o siete equipos y tuvieron, cosas de la vida, de adultos la suerte de jugar en todos ellos. En mi entorno laboral, algo imbuidos por el snobismo, también tenemos una forma muy peculiar de hablar, ya que hacemos un break para un coffe antes de que empiece el mitting y justo después de la conference call. En fin, que la cosa va por barrios, y no quiero aburrirte, prefiero que me cuentes tú como se habla en tu barrio.