SUEÑO Y CONGOJA EN CAZORLA
Volvió el quebrantahuesos a este cielo
Meciéndose en los vientos suavemente,
Apenas sin esfuerzo, en la corriente,
Qué plena majestad fulge en su vuelo.
Atisba la carroña que, en el suelo,
Rindiéndose al hedor yace aún caliente,
Y empieza su descenso, quedamente,
En círculos concéntricos de duelo.
Por sierras de Cazorla y de Segura
De nuevo este gigante del celeste,
Belleza, sin igual, rapaz y agreste,
Se enfrenta a la barbarie sin mesura
Del gesto que, insensato y repulsivo,
Lo acecha en la ponzoña y el furtivo.
Volvió el quebrantahuesos a este cielo
Meciéndose en los vientos suavemente,
Apenas sin esfuerzo, en la corriente,
Qué plena majestad fulge en su vuelo.
Atisba la carroña que, en el suelo,
Rindiéndose al hedor yace aún caliente,
Y empieza su descenso, quedamente,
En círculos concéntricos de duelo.
Por sierras de Cazorla y de Segura
De nuevo este gigante del celeste,
Belleza, sin igual, rapaz y agreste,
Se enfrenta a la barbarie sin mesura
Del gesto que, insensato y repulsivo,
Lo acecha en la ponzoña y el furtivo.
1 comentario:
A Cazorla hay que ir a soñar, querido poeta.
Aunque no me extraña que te "acojones" digo acongojes, oye, ante ese poderío de naturaleza, que es mi tierra, por cierto.
Besos
Merce
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