UN ALIVIO

Ya hemos hablado de ellas. Hay palabras que más allá de su significado tienen una hermosa pronunciación, casi injusta, como si hubiera un desequilibrio semántico sonoro: pederastia es para mí el paradigma de los ejemplos. Pero luego hay palabras que en función de la compañía pueden ser hermosas o no. Ya no tanto en su pronunciación, sino en su significado. Palabras, incluso, que pueden ser muy negativas en esencia, mostrar el lado triste, la pérdida, la derrota, que acompañadas del sustantivo adecuado, siendo la palabra, por ejemplo, un adjetivo, varía mucho. Hoy he tenido un claro ejemplo, en la portada del periódico. La palabra en cuestión es frustrado, que según el diccionario de la RAE significa frustrar: privar a alguien de lo que espera, dejar sin afecto, malograr un intento. Así que frustrado es quien no tiene afecto o quien falla. No parece un adjetivo especialmente hermoso, en cambio si el sustantivo a quien adjetiva le cambia el carácter la cosa puede ser muy distinta. Y el ejemplo de hoy es el mejor de todos: atentado frustrado de ETA. Pues sí, los amigos del tiro en la nuca y el chicle de goma2 quisieron darnos ayer una de sus muestras de cariño desmedido. Esta vez un policía nacional, pero supongo que a ellos les da igual, con que tenga piernas para amputar, familia que dejar, con que respire y piense es ya una víctima propicia. Pues que viva la frustración, amigos, que viva. No sé si estos tipejos saben de fútbol, no me cuesta imaginármelos en la Catedral animando a Gurpegui y compañía, no sé si saben bien todas las reglas, pero quizá alguien, al salir del campo, debería explicarles el concepto "estar en fuera de juego". Esta vez, al menos, el ajetivo frustrado significa alivio.