DIGNIDAD, HUMANIDAD Y FUTURO
Leo abrumado en El País que desde el año 2000 se han recuperado en España 4.000 cuerpos de represaliados de la Guerra Civil española. El dato asusta, pero aún lo hace más el hecho de que aún casi 75 años después aún siga habiendo un sector de la población que esté en contra de algo tan humano como es recuperar los restos mortales de un ser querido y poder enterrarlos con la dignidad que consideren.
Me emociona la historia concreta que se cuenta de una fosa común en un pueblo de León en la que los familiares pagaron durante 35 años al propietario de la parcela en la que fueron asesinados, y luego enterrados no por los verdugos sino por vecinos del pueblo, para que no cultivara en ese lugar.
Como bien dice El País, en estos años de exhumaciones no se ha producido el más mínimo problema en ninguno de los pueblos donde se han producido. Por lo tanto no existe problema de enfrentamiento social de ningún tipo.
Tanta polémica absurda se ha desatado la legislatura pasada con la ley de la Memoria Histórica por parte de un sector de la sociedad que debe tener aún mala conciencia, y que no puede tolerar que por fin el bando contrario al franquista (que durante el franquismo honró y dignificó a los suyos) pueda encontrar a sus víctimas para hacer simplemente lo mismo.
Han pasado prácticamente 75 años, hoy en día se sabe que tanto un bando como el otro mataron indiscriminadamente a muchas personas. Era una guerra, además era civil, eso implicaba no solo rencillas políticas sino también vecinales, de celos, envidias, ambiciones, etc.
Por eso es necesario que las víctimas de uno de los dos bandos o que ni siquiera era de ninguno de esos, pueda ahora, por fin, dignificar como considere a los suyos.
Lo que la Ley también consagra es que de una vez por todas se conozca que el Franquismo (1939-1975) fue una dictadura en la que se represalió, encarceló, torturó, fusiló y eliminó a muchas personas que lo único que hacían era defender unas ideas diferentes a las que tenía el General Franco y su cohorte.
Franco no fue elegido por el pueblo, llegó al poder a base de tiros provocando una guerra entre españoles. Una vez finalizada esa guerra impuso un sistema antidemocrático con todo lo que ello conlleva. Y hasta que no murió, tranquilamente en el poder y en su cama, no se recuperaron los valores democráticos que en la actualidad imperan.
La Transición pasó una página y permitió una reconciliación en la que tanto unos como otros cedieron. En mi opinión cedieron más los represaliados que los verdugos, pero era un momento que no podían dejar escapar para poder volver a manifestar sus ideas con libertad.
Esta Ley simplemente pretende acabar un capítulo para que nuestros hijos sepan casi todo lo que pasó y para que entre esas futuras generaciones no vuelva a suceder nunca algo tan doloroso. Es simplemente dignidad y humanidad.
Además de que para mirar al futuro el pasado es el único de los aprendizajes que nos queda. Ignorarlo es de necios.
Leo abrumado en El País que desde el año 2000 se han recuperado en España 4.000 cuerpos de represaliados de la Guerra Civil española. El dato asusta, pero aún lo hace más el hecho de que aún casi 75 años después aún siga habiendo un sector de la población que esté en contra de algo tan humano como es recuperar los restos mortales de un ser querido y poder enterrarlos con la dignidad que consideren.
Me emociona la historia concreta que se cuenta de una fosa común en un pueblo de León en la que los familiares pagaron durante 35 años al propietario de la parcela en la que fueron asesinados, y luego enterrados no por los verdugos sino por vecinos del pueblo, para que no cultivara en ese lugar.
Como bien dice El País, en estos años de exhumaciones no se ha producido el más mínimo problema en ninguno de los pueblos donde se han producido. Por lo tanto no existe problema de enfrentamiento social de ningún tipo.
Tanta polémica absurda se ha desatado la legislatura pasada con la ley de la Memoria Histórica por parte de un sector de la sociedad que debe tener aún mala conciencia, y que no puede tolerar que por fin el bando contrario al franquista (que durante el franquismo honró y dignificó a los suyos) pueda encontrar a sus víctimas para hacer simplemente lo mismo.
Han pasado prácticamente 75 años, hoy en día se sabe que tanto un bando como el otro mataron indiscriminadamente a muchas personas. Era una guerra, además era civil, eso implicaba no solo rencillas políticas sino también vecinales, de celos, envidias, ambiciones, etc.
Por eso es necesario que las víctimas de uno de los dos bandos o que ni siquiera era de ninguno de esos, pueda ahora, por fin, dignificar como considere a los suyos.
Lo que la Ley también consagra es que de una vez por todas se conozca que el Franquismo (1939-1975) fue una dictadura en la que se represalió, encarceló, torturó, fusiló y eliminó a muchas personas que lo único que hacían era defender unas ideas diferentes a las que tenía el General Franco y su cohorte.
Franco no fue elegido por el pueblo, llegó al poder a base de tiros provocando una guerra entre españoles. Una vez finalizada esa guerra impuso un sistema antidemocrático con todo lo que ello conlleva. Y hasta que no murió, tranquilamente en el poder y en su cama, no se recuperaron los valores democráticos que en la actualidad imperan.
La Transición pasó una página y permitió una reconciliación en la que tanto unos como otros cedieron. En mi opinión cedieron más los represaliados que los verdugos, pero era un momento que no podían dejar escapar para poder volver a manifestar sus ideas con libertad.
Esta Ley simplemente pretende acabar un capítulo para que nuestros hijos sepan casi todo lo que pasó y para que entre esas futuras generaciones no vuelva a suceder nunca algo tan doloroso. Es simplemente dignidad y humanidad.
Además de que para mirar al futuro el pasado es el único de los aprendizajes que nos queda. Ignorarlo es de necios.
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