EL CULTURETA

Sé que se estaba haciendo el remolón. Que si un viaje, que si un plan especial, todo para no aceptar la realidad, tenía que no recomendar una película. No es que sea un crítico excesivamente generoso y ese trance sea intragable para su conciencia. No, el problema no se reside en el qué, sino en el quien. Porque no es fácil para él, es algo así como que un padre reconozca un delito de un hijo, cuesta, y mucho. Eso es lo que le pasa al cultureta, tiene que enfrentarse a una tesitura "paterno-cultural": aceptar la defensa a ultranza de un "hijo-ídolo" o admitir que lo que ha hecho no merece la pena, sea quien sea. Sí, estamos hablando de Caótica Ana la última y nefasta película de Julio Medem. Hasta ahora todas las películas de este geníal director habían navegado con equilibrio entre el maravilloso mundo interior de sus protagonistas y sus fantasías, y la realidad que les rodeaba. En eso residía la magia de sus películas, en eso y en el impresionante manejo de la sensibilidad y la sensaulidad (culmen en Lucía y el sexo). Todo ese equilibrio se ha roto en su último film hasta el punto en el que lo único acertado es el título: caótico. Así transcurre toda la película. Da la sensación de que Medem la ha hecho, primero, con prisa y, después, con rabia, mucha rabia. Hay demasiada violencia (visual) gratuita y escatología innecesaria. Puede que se haya endiosado, le advierto al cultureta, pero él prefiere pensar en que esta película le ha salido de las entrañas y no ha sabido retocarla o no ha querido hacerlo. El caso es que uno no puede decir, advierte, que la película sea mala, pero es algo así como un bocadillo de anchoas con nocilla. ¿Está buena la nocilla?, sí, ¿están buenas las anchoas?, por su puesto, pero el bocadillo no lo está. Es una buena película, es una buena historia, está bien hecha (pese a que la telaraña de realidad que sostiene la fantasía es demasiado endeble) pero es insufrible. Lo siento, Medem, pero no nos ha gustado, y eso siendo tuya ha sido especialmente doloroso.