25 de septiembre de 2007

EL CANCIONERO


Sé que para los puristas no era el más grande. Pero lo fue en cierta medida lejos de las ataduras del arte. Lo fue porque llevó el flamenco de raiz, de vena, el clásico por decirlo de algún modo, a lugar inimaginables hasta entonces. El flamenco, tal y como se vive hoy sería impensable sin Camarón de la Isla. Fue al flamenco lo que los Beatles a la música pop, quizá no fueron los mejores, pero sin ellos no hubiera habido nada. También es verdad que las letras del flamenco muchas veces adolecen de un infantilismo y de un machismo preocupante, pero hay que valorar las cosas en su justa medida. Puesto a elegir una canción no he tenido la menor duda: como el agua. Además, se la dedico a mi viejo amigo Dudu, cuyo blog (http://enfinyetcetera.blogspot.com/) ha tenido que dejar en barbecho por restricciones laborales. Él la canturreaba en nuestras primeras fiestas juntos, allá por finales de los ochenta. Madre, como pasa el tiempo...

COMO EL AGUA
Limpiaba el agua del rio
como la estrella de la mañana,
limpiaba el cariño mio
al manantial de tu fuente clara.
Como el agua. (x3)
Como el agua clara
que abaja del monte,
asi quiero verte
de dia y de noche.
Como el agua. (x3)
Yo te eche mi brazo
al hombro y un brillo de luz de luna
iluminaba tus ojos.
De ti deseo yo to el calor
pa ti mi cuerpo si lo quieres tu
fuego en la sangre nos corre a los dos.
Como el agua. (x3)
Si tus ojillos fueran aceitunitas verdes,
toa la noche estaría muele que muele,
muele que muele, t
oa la noche estaría muele que muele, muele que muele, muele que muele.
Luz del alma me adivina
que a mí me alumbra mi corazón
mi cuerpo alegre camina
porque de ti lleva la ilusión.
Como el agua. (x9)

1 comentario:

ralero dijo...

El flamenco sin gente como Camarón, seríe como el latín, algo muerto. Y Camarón, con puristas o sin ellos, ha sido el más grande monstruo flamenco de todos los tiempos. Innovando pero fiel siempre a las raíces del cante grande. Tuve la oportunidad de escuchar en directo a Camarón en tres ocasiones y, sin duda, sus seguirillas, soleares, tientos, tarantos, mirabrases, tonás... cantados dentro de los más estrictos cánones "clásicos" serán difícilmente igualables.

Un abrazo