26 de septiembre de 2007

APAGA LA LUZ, ANDA


ADRIANA: ¿Te has enterado de lo de Alicia?
ADRIAN: ¿Tu amiga?, no, ¿qué?
ADRIANA: Que le ha puesto los cuernos a Ernesto con un compañero de trabajo.
ADRIAN: Pues no me extraña.
ADRIANA: Ah, ¿no?

ADRIAN: Pues sí, porque siempre fue un poco guarrilla.
ADRIANA: Joder, ya estamos.
ADRIAN: Coño, cari, que se lió con casi todos mis amigos.
ADRIANA: La leche, era soltera, cojones, y teníamos 20 años.
ADRIAN: Ya, ya, si no digo nada.
ADRIANA: Anda que no te hubiera gustado a tí montártelo con ella.
ADRIAN: No empecemos, anda, no empecemos, que yo me refiero a que es de esperar, además, en el trabajo, todo el día juntos, con el roce, pues ya se sabe, que tarde o temprano...
ADRIANA: Que tarde o temprano ¿qué?
ADRIAN: Pues que la tentación llega.
ADRIANA: Ah, ¿sí?, ¿ a tí te llega?.
ADRIAN: Pues no, mujer, tampoco es eso, puedes estar tranquila.
ADRIANA: Claro, puedo estar tranquila, porque como no te va a llegar, que si no fuera por eso iba a parecer un vitorino ¿no?, con la de guarrillas como Alicia que hay en todos los trabajos.
ADRIAN: Madre, ¿quien me invitará a mí a hablar?.
ADRIANA: Menos mal, al fin has dicho algo sensato.
ADRIAN: Apaga la luz, anda.
ADRIANA: Vaya, te estás luciendo, dos frases seguidas coherentes, se me caen los lagrimones.

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