25 de marzo de 2009

PUTA


Voy a proponeros un juego. Yo pongo una definición y vosotros elegís la palabra.

Vamos con la primera: Mujer que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero, y lo hace en locales especializados o en la calle. Supongo que no hay duda de la palabra, y sí, sin medianías podemos decir que estamos hablando de una puta.

Ahí va la segunda: Mujer que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero, y ejerce su profesión dentro de un plató, grabando su trabajo para luego emitirlo en salas especializadas y/o editarlo en vídeo o Internet. Aquí ya no hablamos de puta, aquí el desprecio o la pena se rebaja, aquí estamos hablando de una dignísima actriz porno, que no solo no esconde su profesión, como la gran mayoría de las prostitutas, sino que la exhibe convenientemente siliconada.

Y la tercera: Mujer que mantiene relaciones sexuales a cambio de dinero, sin recibir por ello una retribución directa, sino algún tipo de beneficio, ya sea social, económico, anímico o laboral. Aquí la cosa ya se complica en demasía, porque podríamos estar hablando desde una esposa que accede al matrimonio a cambio de la seguridad y el salario de su esposo, a la que se casa para lograr otra cosa como la nacionalidad, hasta una trabajadora que, para ascender, no tiene el mayor remilgo en, por ejemplo, chupársela a su jefe.
En el primer caso sentimos pena, ¿verdad?, porque queremos respetarlas y para ello, a las putas, digo, preferimos pensar que ejercen la prostitución por necesidad o explotación. Sin entrar en matices a mí su trabajo me parece de lo más digno, y en según que casos, de una labor social que ni las ONG más activas. En el segundo, tal vez indiferencia, o cierta envidia (si no se conocen bien los entresijos y cloacas del mundo del porno) por esa actriz que cobra por una escena lo que otros por asfaltar calles en un mes. ¿Y si encima se lo pasara bien? Pero mi inquietud llega con el tercer caso, el de la mujer que se la chupa a su jefe. Esta es peor que una puta ¿no? es una trepa, una indeseable, una aprovechada...¿y ? De haber algún delincuente en esta escena, la del jefe con los pantalones bajados y la empleada arrodillada, es el jefe, que se vale de su posición de poder para lograr su objetivo (el de correrse en su boca) Pero ella ¿no hace sino lo que el resto de los mortales? valerse de sus cualidades (físicas o intelectuales) para obtener un beneficio. Después vendrían los juicios laborales y morales de si el jefe eligió o no bien, porque suponemos que, además de chuparla, esta mujer deberá hacer bien su trabajo. Si lo hace, yo no censuraría jamás como lo ha logrado; usa sus recursos, sin más.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola a todos.

En resumen, me parece acertada la definición que propones para cada uno de los supuestos. No obstante, y esa es sólo mi opinión, el sexo es algo tan íntimo y personal que buscar la consecución de cualquier objetivo a través de éste, salvo el del placer corporal correspondiente, es reprobable.

Larrey dijo...

Bueno, supongo que te refieres a reprobar quienes hayan estado practicando, es decir, ¿reprobarías tú lo que hacen otros?

Anónimo dijo...

Si como reprobable entendemos una conducta que es incorrecta, si, estoy diciendo eso. No me entiendas mal, no hablo de prohibir a nadie que haga lo que desee mientras no interfiera en mi libertad o en la de nadie. Creo en la tolerancia por encima de todo. No obstante, imagina que en tu trabajo, tal y como has definido en tu último supuesto, una chica obtiene un puesto mejor por chupársela al jefe, puesto al que, precisamente, tú estabas también aspirando y que, además, estás más cualificado. ¿Aceptarías eso sin llamarla "peazo guarra" en tu fuero interno. Yo al menos no.

Larrey dijo...

Si, lo aceptaría, y en todo caso el cabrón sería el jefe por poner en un puesto a una persona menos cualificada que yo, no la chupadora por utilizar todo lo que esté a su mano (o a su boca) para conseguir el trabajo. ¿Y si en lugar de chuparla fuera un tío muy simpático, muy sociable y guapo que cae genial a todo el mundo?¿sería injusto o un hijo de puta por lograr el trabajo valiéndose, entre otras cosas, de sus encantos?
Ah, y de tu primer comentario ya se traducía tu tolerancia, no hacía falta que la aclararas.

Anónimo dijo...

Entonces, ¿sería injusto que, una vez ascendida mi compañera, yo chantajeara a mi jefe con unas fotos que le he tomado mientras tenía los pantalones por los tobillos para que me diera a mí el puesto? Al fin y al cabo yo sólo me he valido de mi inteligencia para conseguir el puesto. Oye, espero que la última frase de tu anterior comentario fuera sincero y no una ironía. Es lo malo de Internet, que se pueden confundir cosas. Te lo digo sin acritud, como decía aquel.

ralero dijo...

Cada cual es libre -o debiera serlo-, siempre que no perjudique a nadie, de chupársela a quién le plazca. Lo malo es cuando no sé es libre, lo cual sucede muy a menudo.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Hola, en ésto último estoy completamente de acuerdo.

Un saludo.

Larrey dijo...

Tienes razón con lo de internet, habría que crear un código que significara esto es una ironía, esto no. No era una ironía, ni mucho menos. Si no partiéramos con tu tolerancia previa no estaría chateando contigo, no merecería la pena.
En cuanto a tu supuesto, me pillas, eh, me pillas, porque eso es una coacción y sería como el jefe, que se sirve de una posición de poder para lograr lo que no le es legítimo. MI principio es más matemático, si de dos candidatos idénticos a un puesto el jefe elige al que se la chupa, al que le cae simpático, al amigo de su primo etc ¿quién comete un acto inmoral?. El jefe. Esa es mi idea.
Y me alegro de que esto nos esté haciendo pensar, ese era el objetivo.

Anónimo dijo...

Aporto otro punto de vista...teniendo en cuenta que el jefe es el que decide..pues se supone que si hay dos igualmente preparados el jefe elegirá una vez más por algo que a él/ella le llame la atencion .Yo en mi caso siempre digo que quiero secretario, que no secretaria y que conduzca por mi,lo cual no va en los requisitos de la gente que yo necesito...pero si a él le parece bien...¿cuál es el problema??? y si encima es más guapo que el otro..el puesto es suyo...
Y quiero pensar que el resto de jefes serán ta benevolentes y poco coaacionadores como yo(jejeje)

besos

dafne

Anónimo dijo...

Gracias por la aclaración, suponía que no era una ironía, pero queería asegurarme. Estoy de acuerdo contigo en que el jefe, al promocionar a una persona por motivos ajenos a su valía en trabajo, está cometiendo un acto inmoral. No obstante, inmoral también es valerte de otras armas ajenas a las correctas para acceder, en el caso que nos ocupa, a una mejor posición laboral.

P.S. Sigues siendo igual de cabezota que cuando estábamos en los bancos de la facultad. Jajaja.

Larrey dijo...

Anda, capullín, no te pongo cara, aunque no compartí tantas caras y bancos en la facultad.
¿Qué es un arma ajena a la correcta?¿quién va a decidir cuales lo son y cuales no?

Anónimo dijo...

Pues un tipo de arma en el trabajo sería la profesionalidad, la puntualidad, la competencia, la seriedad, la capacidad de trabajo en equipo, y una por otra parte tendríamos, el chivatazo, el acoso, el adjudicarse méritos ajenos, la mentira. ¿Cual de estos dos tipos te parecen las correctas o incorrectas? O mejor dicho, ¿morales o inmorales? En cuanto a mi persona, te diré que me llamo Javier T. No, eso sería muy obvio, mejor J. Tébar... OUUU!!!

Larrey dijo...

No me lo puedo creer, don Javier T. leyendo mi blog, viejo amigo ¡¡¡¿qué es de tu vida ?!!!!

Aclaro para los que estén perdidos. Hace como unos diez años que no hablo con Javier pero aun pasado ese tiempo y después de casi cinco años de facultad, puedo seguir afirmando que JT está entre las dos o tres personas con las que más me he reído en la vida.

Anónimo dijo...

JAJAJA, gracias por los halagos. Si, hace como un millón de años que no nos vemos ni hablamos. Y la verdad, he de reconocer, que por culpa mía. Soy un ser eminéntemente vago por naturaleza y debido a ello me pierdo las quedadas habituales de los viejos macarras de la Autónoma. A ver si pongo remedio a ello a corto plazo. Pues me va bien la vida, no me puedo quejar y sigo con regularidad el Trastero. Estuve tentado y todo de participar en el concurso de suspiros. Para la siguiente edición seguro lo haré. Nos leemos Larreina ;)

Caminante dijo...

Pos, yo tamién quiero pinar.
Haciendo diferenciación clara entre empresa pública y empresa privada, digo:
* en la pública los méritos para el puesto de trabajo DEBERÍAN ser los consignados en las pruebas de acceso al mismo Y NADA MÁS. Como ES SABIDO, en ocasiones, los perfiles para determinados puestos de trabajo se definen en función de las cualidades de la persona elegida previamente, también llamado JUEGO SUCIO.
* en la privada, que NO reciba un euro del Estado, pueden hacer lo que les salga de las pelotas y los empleados estén dispuestos a permitir. Léase: situación actual.
SI RECIBE algún tipo de ayuda estatal, no vale lo anteriormente dicho y volveríamos al supuesto primero (las cosas claras y el que quiera extras que se los pague de su bolsillo).
* TODO ESTO, claro está, partiendo del supuesto teórico de que las cosas funcionan correctamente (LO QUE NO ES EL CASO)
Besos púdicos. PAQUITA