13 de marzo de 2009

CEREBOOGLE


El cerebro es un poco como el google, o como el teclado de nuestro móvil, que toma una alternativa en función de lo que le has dado sin esperar a saber tu decisión final. Tiene un servicio de redondeo para hacerte trabajar menos. Así si escribes tele él te ofrece teléfono sin saber si tú quieres poner teleoperador. Esto tiene su lado bueno, porque según un etsduio de una uivennrsdad ignlsea no ipmotra el odren en el que las ltears etsen ersciats, la uicna csoa ipormnte es que la pmrirea y la utlima ltera esten ecsritas en la psiocion cocrrtea. Pero también tiene su lado malo y son los errores. ¿No os pasa que hay personas que tiene cara de llamarse de algún modo y por mucho que te lo digan una y otra vez la llamas equivocadamente? Confundo históricamente algunos nombres, ahí el redondeo de mi cerebro me lleva a error. Y no hay una explicación. Paloma y Marta, por ejemplo, si conozco a una mujer que se llama Paloma y me dice su nombre es probable que acabe creyendo que se llama Marta. Susana y Sara. En mi trabajo, por ejemplo, hay un compañero al que he decidido llamar Dani. Sé, si lo pienso, si me concentro, si no acepto el redondeo del cerebro, que se llama Javi. Lo sé, pero cuando me dejo llevar y hablo de él sin meditación suelto el Dani. ¿De qué Dani me hablas? sí, mujer, el de ventas. Ah, tú hablas de Javi. ¡ Sí, eso ! Y hay una explicación. Se apellida Pedrosa, así que mi cerebro redondea, me ofrece Dani (por el motorista) y yo, perezoso que es uno, acepta. Luego estas rémoras confusas son complejas de quitar. E incluso influyen mucho en las relaciones humanas. Porque igual que pasa con los nombres, pasa con las cosas en general. Puede darse el caso de que alguien espere de ti una respuesta con tanta certeza y con tanta seguridad que su cerebro ni se moleste en procesarla, la da por hecha y ni la escucha. Así después, pero si me dijiste que venías. No, te dije que no, pero no me escuchaste...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso mismo...seguimos con nuestras conversaciones interiores y al de en frente solo lo vemos silabear.
Por cierto a mi también me cambian el nombre y hay quien me llama Amparo,no sé porque ...y yo al oirlo irremediablemente enlazo mentalmente con el insufrible"pozi" que dialogaba con una tal Amparo...
Asin son las cosas
Bon dia
Dafne