La gestión de los polideportivos municipales en Madrid, igual que en los Hospitales, va a ser privada. Es decir, pagamos todos su construcción, su mantenimiento, pero después la gestión se la lleva una empresa privada. Los defensores de lo privado, normalmente votantes de la derecha pero no exclusivos, para mi más profunda incomprensión, argumentan que si el precio final para el usuario es el mismo, ¿en qué nos va a perjudicar?
Bien, me limitaré a poner un ejemplo práctico, porque me acaba de ocurrir. Llevamos a nuestro hijo mayor a la piscina ¿municipal? de Paquito Fernandez Ochoa (Carabanchel). Las instalaciones son modernas, la piscina también, el personal joven (no necesariamente ilusionado). A los niños es complejo meterles una actividad que suponga enfrentarse solos a un nuevo proceso, un profesor, compañeros, una actividad extraña. Hay que trabajar con ellos y la tarea del profesor es mantener la motivación. ¿Cómo? motivándolos y logrando su confianza. Lo primero se logra trabajándote las clases, poniendo sonrisas, paciencia, ilusión, conocimientos...lo que viene siendo en todos los campos: enseñar. Y lo segundo se logra no trabajando en un polideportivo gestionado por una empresa privada. Hice kárate en un polideportivo municipal desde los 8 hasta los 18 años y tuve, en ese lapsus de tiempo 3 profesores. Buenos o malos, tuve 3. Ahora, mi hijo, con cuatro años, se enfrenta a su tercer profesor en menos de seis meses. ¿La razón? el tipo de contrato, temporal, ahora llegará otro y buena parte del trabajo logrado por el anterior (cuestionable o no, había logrado la confianza de sus alumnos) empezará de cero. Quizá mi hijo no, que iba con ilusión a la clase, pero tal vez otros padres que tuvieron que luchar para acabar con los llantos, las pataletas y hasta los vómitos de su pequeño en las puertas del polideportivo, tengan que volver a empezar. Para mí eso es muy perjudicial. Pero ya sabéis, yo soy muy egoísta y muy de izquierdas.
1 comentario:
Yo voy al Polideportivo Municipal de Hortaleza. Voy mucho, estoy en paro. Por la mañana, gimnasio y piscina. Por la tarde, tenis y padel. Cuando lo cuento, la gente me mira y dicen: No se te nota nada.
En enero subieron las tarifas un 30%. Hay terreno se sobra para hacer más pistas de padel y tenis y no las hacen.
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