16 de mayo de 2008

ESQUINA EL OLVIDO

En la calle del Desengaño, esquina el Olvido, hay una pequeña Tasca hecha de retazos, donde te sirven la tristeza en vaso largo. Hay tapas de desencuentros bajos en nostalgia y un estupendo estofado de lágrimas. Su camarero nunca te negará un suspiro, y si es martes, tendrás la especialidad de la casa: una taza de recuerdos con una nubecita de remordimientos. Los días de partido aquello está repleto de miradas huidizas y la barra se inunda de brazos marchitos con ansias de abrazar. Si tienes suerte, algún paisano puede arrancarse con una bulería de mentiras, a la que los parroquianos responden con palmas de pena. Los fines de semana la especialidad es el suflé de olvido, receta de la casa, sazonado con pequeñas virutas de pérdida. En la carta nunca faltan una buenas raciones de besos nunca dados y algún pastel de reproches al baño de melancolía. Y si quieres beber, no te olvides de la cosecha Más vale que te marches, un caldo reservado para miradas perdidas, pero sí lo que quieres es algo frío, pide una botella de No me esperes levantado en copa corta. Y si lo tuyo son las infusiones, hay un te fuiste que es conocido en leguas a la redonda. Pero amigo, cuando el cocinero busca sorprender, araña de su recetario una moussaka de desilusiones a la desesperanza desencantada, un salmón al abandono, una tarta de indiferencias rellena de desánimos y, entre plato y plato, un sorbete de angustia o un consomé de soledad y lamentos, con trozos de disimulos. Para terminar la fiesta nada mejor que unos chupitos de ensoñaciones muy fríos. Lo bueno es que en este lugar siempre habrá un sito esperándote y lo malo es que este lugar no es un lugar, al tiempo que lo son todos. Es un lugar donde nadie te hará preguntas, ni sentirá pena cuando te marches y te esperará sin esperarte, desesperados de no verte. En este lugar no hay ningún culpables porque lo son todos, y las preguntas las hacen las respuestas, los silencios están llenos de sonidos y los sonidos son sordos y mudos. Este es un lugar donde aunque te quieran nunca querrían conocerte y aunque te conozcan nunca se atreverán a odiarte. Es un lugar donde estamos todos si haber estado ninguno. En este lugar yo te esperaría si no fuera porque ya no estoy allí.

3 comentarios:

ralero dijo...

Te has levantado poético ¿no? Me ha gustado mucho, a pesar de la tristeza.

Conozco ese no lugar, mi no yo va mucho por allí.

Un abrazo.

Victoria Caro dijo...

Me gustan las tascas, por eso frecuento ese sitio, más no lo recomiendo.

Un relato buenísimo.

Anónimo dijo...

Ummm

Yo quiero un "te fuiste" y por favor..."tócala otra vez,...Larrey"

Saludillos