Siempre acertaba. Ella tenía una capacidad innata para adivinar las cosas, para hacer todo bien, para entender a los demás, para anticiparse. Por eso jamás comprendió que amara tanto a aquel hombre, y sobre todo, como después de décadas había sido incapaz de ver que él la amaba más que nadie en el mundo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Es que hay cosas, como el amor, que quedan fuera del dominio de la razón por pertenecer al del co-razón.
Abrazos.
Precioso. PAQUITA
Desde luego....
Si no fuera porque un final feliz resulta algo "empalagoso", me encantaría que este micro lo tuviera...
Ya está bien de que el azar no esté nunca de su lado, contra! sistemáticamente dándoles la espalda
Besillos.
Publicar un comentario