Yo pensé que la paradoja del sueño era otra cosa. Pero la paradoja del sueño tiene lugar cada semana en mi casa, concretamente los lunes. No sé por qué ocurre los lunes y no otro día, tal vez por ser el primero de la semana, o puede que sea la coyuntura de varias circunstancias.
El caso es que los lunes después de cenar es como una tradición, yo me dejo caer (literalmente, que pareciera que me he caído del piso de arriba) en el sofá mientras los chicos y chichas del CSI se afanan en encontrar al asesino. Las sabias manos de mi pareja estimulan el riego sanguíneo de mi cabeza con tal habilidad que antes de que el forense se enfrente al primer cadáver ya estoy en los brazos de Morfeo. Es un duermevela curioso, en el que voy mezclando frases e imágenes de la serie con mis propias ensoñaciones. Con la música del final del capítulo hay una frase que se repite y que es la que me sirve de puente para recuperar la consciencia: al final, ¿quién era el asesino?, como si de verdad hubiera entendido el capítulo.
Después pequeños rituales camino de la cama. Intento, como cuando de pequeño me levantaba al baño, ir hasta con los ojos cerrados, para que Morfeo, receloso de mi transitorio abandono, no se olvide de mí del todo. Tapo a mi hijo (es una largatijilla bajo el edredón) y me voy a la cama como un zombi. Como me conozco, todo lo he dejado preparado, ya digo, para que Morfeo no se me enfade. Pero es entrar en la horizontalidad de la cama y algo ocurre. Un ruido (ayer fue la lluvia), una luz, una idea (el blog sobrevuela la cama con asiduidad) o lo que sea y Morfeo, rencoroso como ninguno, se aleja definitivamente. Y no digo por unos segundos. No, no, algunas veces es por horas. No entiendo como podía estar dormido con la televisión puesta y la luz encendida y unas malditas gotas sobre el cubretoldos me desvelan por completo. Esa es la verdadera paradoja del sueño, su fragilidad en el jodido lunes. Suelo pedir ayuda, la verdad, pero esa parte es otra historia que la reservo para otro post, porque ¿cómo era lo que ponían en televisión cuando éramos pequeños?. ¿los dos cuadrados?, ¿los dos triángulos?, ¡ ah, no !, los dos rombos...
El caso es que los lunes después de cenar es como una tradición, yo me dejo caer (literalmente, que pareciera que me he caído del piso de arriba) en el sofá mientras los chicos y chichas del CSI se afanan en encontrar al asesino. Las sabias manos de mi pareja estimulan el riego sanguíneo de mi cabeza con tal habilidad que antes de que el forense se enfrente al primer cadáver ya estoy en los brazos de Morfeo. Es un duermevela curioso, en el que voy mezclando frases e imágenes de la serie con mis propias ensoñaciones. Con la música del final del capítulo hay una frase que se repite y que es la que me sirve de puente para recuperar la consciencia: al final, ¿quién era el asesino?, como si de verdad hubiera entendido el capítulo.
Después pequeños rituales camino de la cama. Intento, como cuando de pequeño me levantaba al baño, ir hasta con los ojos cerrados, para que Morfeo, receloso de mi transitorio abandono, no se olvide de mí del todo. Tapo a mi hijo (es una largatijilla bajo el edredón) y me voy a la cama como un zombi. Como me conozco, todo lo he dejado preparado, ya digo, para que Morfeo no se me enfade. Pero es entrar en la horizontalidad de la cama y algo ocurre. Un ruido (ayer fue la lluvia), una luz, una idea (el blog sobrevuela la cama con asiduidad) o lo que sea y Morfeo, rencoroso como ninguno, se aleja definitivamente. Y no digo por unos segundos. No, no, algunas veces es por horas. No entiendo como podía estar dormido con la televisión puesta y la luz encendida y unas malditas gotas sobre el cubretoldos me desvelan por completo. Esa es la verdadera paradoja del sueño, su fragilidad en el jodido lunes. Suelo pedir ayuda, la verdad, pero esa parte es otra historia que la reservo para otro post, porque ¿cómo era lo que ponían en televisión cuando éramos pequeños?. ¿los dos cuadrados?, ¿los dos triángulos?, ¡ ah, no !, los dos rombos...
2 comentarios:
Jajajajajaja, me veo reflejada, yo soy una fanática de CSI, y como Morfeo tb me visita, lo grabo, pero buena gana, el sueño me busca entre los rincones si es necesario, y cuando te vas a la cama, escucho un MAMÁ QUIERO AGUA.... y el sueño a freir monas a otro sitio..........
Anoche te dejó Morfeo porque me vino a ver a mí. Siempre aguanto hasta el final, me trago los CSI aunque en los intermedios parece que desfallezco.. pero ayer no pude,...no se vosotros pero yo tengo una manta eléctrica con forma humana a mi lado y aunque placeres hay unos cuántos, abrazar a una manta electrica provoca un sueño letal, ... bueno, eso y que era tarde y el viaje desde cadiz.... je,je... buen día.
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