Ya, ya sé que es sábado y que no es día para monólogos. Es más bien el día de Rafa y su poema. Pero después de casi diez días no puedo negar que tengo el SAB (síndrome de abstinencia bloguera), así que tomemos este pequeño artículo como una metadona literaria.
En el fondo voy a contaros una pequeñísima historia que he visto estos días. La protagonizan Pau, un niño ucraniano adoptado por una madre soltera barcelonesa y Ruger, el nieto de dos lugareños de un pequeño pueblo castellonense donde ya he comentado paso mis vacaciones. Pau habla catalán y Ruger la suerte de catalanovalencianojanense que se habla por sus tierras. Son muy buenos amigos, tienen siete años y llevan viéndose todos los veranos, todas las vacaciones y no pocos fines de semana en La Jana desde hace años. Y cada vez que lo hacen hablan en castellano. Pau, Ruger te entiende si le hablas en catalán. Ruger, Pau te entiende si le hablas en valenciano. Pero para ellos son lenguas distintas, tienen palabras que no llegan a entender del todo, expresiones muy concretas complejas que dificultarían su entendimiento así que de forma natural y lógica desde que eran diminutos entre ellos hablan castellano. ¿Por qué?, es sencillo, su castellano es claro, meridiano, similar y práctico, les facilita la misión fundamental del lenguaje, la comunicación. Ellos no entienden de política. Ellos no se sienten ninguneado, disminuidos, discriminados, despreciados. Ellos solo quieren entenderse y lo hacen en castellano (como podrían hacerlo en cualquier otro idioma) en el fondo porque les resulta práctico. ¡ Ay, madre, cuanto tenemos que aprender de los niños !.
En el fondo voy a contaros una pequeñísima historia que he visto estos días. La protagonizan Pau, un niño ucraniano adoptado por una madre soltera barcelonesa y Ruger, el nieto de dos lugareños de un pequeño pueblo castellonense donde ya he comentado paso mis vacaciones. Pau habla catalán y Ruger la suerte de catalanovalencianojanense que se habla por sus tierras. Son muy buenos amigos, tienen siete años y llevan viéndose todos los veranos, todas las vacaciones y no pocos fines de semana en La Jana desde hace años. Y cada vez que lo hacen hablan en castellano. Pau, Ruger te entiende si le hablas en catalán. Ruger, Pau te entiende si le hablas en valenciano. Pero para ellos son lenguas distintas, tienen palabras que no llegan a entender del todo, expresiones muy concretas complejas que dificultarían su entendimiento así que de forma natural y lógica desde que eran diminutos entre ellos hablan castellano. ¿Por qué?, es sencillo, su castellano es claro, meridiano, similar y práctico, les facilita la misión fundamental del lenguaje, la comunicación. Ellos no entienden de política. Ellos no se sienten ninguneado, disminuidos, discriminados, despreciados. Ellos solo quieren entenderse y lo hacen en castellano (como podrían hacerlo en cualquier otro idioma) en el fondo porque les resulta práctico. ¡ Ay, madre, cuanto tenemos que aprender de los niños !.
2 comentarios:
Es que, cuando crecemos -o maduramos-, empezamos cada vez más a querer escucharnos sólo a nosotros mismos y a gritar más alto que el otro. Vamos perdiendo la confianza en los demás y en nosotros mismos y, como armadura, nos empeñamos continuamente en sacar pecho. Y ello, independientemente de cuestiones lingüísticas o idiomáticas.
Sí, nos queda mucho por aprender. O, quizá, por desaprender.
Un abrazo comunicativo.
Como Rafa tampoco voy a entrar en cuestiones idiomaticas, pero creo que es estupendo poder entendernos en cualquier lengua pero aún más estupendo es poder conocer cuantas más mejor, aquí en Catalunya tenemos la oportunidad de tener dos por una por el mismo precio, es una ironia que encima se quejen. Por otra parte que no hay como acostumbrarse a hablar con alguien en una lengua, que ya siempre le hablarás así y los niños empiezan así. Saludos.
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