Se podría decir que la vida le iba bien. En cambio él estaba sumido en una tediosa tristeza. Se sentó a comenzar su novela y lo hizo por el título: en la gran oscuridad... No tuvo tiempo a escribir más, unos días después una grave enfermedad lo tuvo al borde de la muerte durante unos meses. Cuando volvió a sentirse con fuerzas retomó la novela, y lo hizo ampliando el título...encontré la luz de lo cotidiano.
12 de diciembre de 2007
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1 comentario:
He conocido a varias personas que, habiendo sufrido ese trance -o ese trauma-, tras el mismo han experimentado esa transformación que refieres. Y es que hay traumas que, tras el dolor y el miedo no pueden más que abrirnos nuevas perspectivas. Aunque también es posible que esto último ocurra sin necesidad de sentirse al borde de la muerte, sobre todo si hay personas dispuestas a ayudarnos.
Un abrazo.
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