4 de diciembre de 2007

EL CANCIONERO

Todos los que tenemos más de treinta años nos la sabemos. Y muchos habrá por debajo de la treintena que también. Seguro. No es un prodigio musical, es más bien de una simpleza infantil (una rumba de toda la vida rocanrolizada). Y la letra puede que también sea simple, pero ahí reside su importancia. Conecta con la gente y nos hace saltar. A mí me gustó y si ahora la escuchara, estuviera haciendo lo que estuviera haciendo, me vería obligado a canturrear alguna estrofa. Ahí está, Chiquilla, de Seguridad Social.




Por la mañana yo me levanto
y voy corriendo desde mi cama,
para poder ver a esa chiquilla
por mi ventana.
Porque yo llevo to´ el día sufriendo,
ya que la quiero con toda el alma.
Y la persigo en mis pensamientos
de madrugada.
Tengo una cosa que me arde dentro,
que no me deja pensar en nada
ay! que no sea de esa chiquilla
y de su mirada.
Y yo la miro...
Y ella no me dice nada...
Pero sus dos ojos negros
se me clavan como espadas.
Pero sus dos ojos negros
se me clavan como espadas.
Ay chiquilla!
Ese silencio que me desvive
me dice cosas que son tan claras,
que yo no puedo, no puedo, no puedoÇ
dejar de mirarla.
Y yo le tengo que decir pronto
que estoy loquito de amor por ella.
Y que sus ojos llevan el fuego
de alguna estrella.
Que las palabras se quedan cortas
para decir todo lo que siento,
pues mi chiquilla es lo más bonito
del firmamento.
Y yo la miro...
Y ella no me dice nada...
Pero sus dos ojos negros
se me clavan como espadas.
Pero sus dos ojos negros
se me clavan como espadas.
Y yo la quiero...
Como el sol a la mañana...
Como los rayos de luza mi ventana yo la quiero.
Como los rayos de luza mi ventana,
ay chiquilla!

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