24 de diciembre de 2007

LOS BARES QUE LUGARES (II)


Lo prometido es deuda...

¿Cómo definirías un bar?, supongo que como un lugar de reunión y consumo de bebida y comida. Un lugar para ver el fútbol con los amigos sin liarla en casa y con pantalla gigante. Un lugar para guarecerse del frío y buscar el calor de una taza de buen café. Si, eso en líneas generales es un bar. Pero es además un mundo a parte. Sobre todo los bares de los barrios, muchos de ellos con sabor tiernamente rancio, o rancio sin ternura, eso va según suertes y costumbres. En los bares hay consumibles, mobiliario y personas. Aunque estas últimas muchas veces son confundibles. Por ejemplo, el hombre silencioso de la esquina de la barra. Siempre que llegas está ahí. Siempre que te vas ahí sigue. Algunas veces dan ganas de pasar la mano para comprobar que es un ser vivio y no un olograma y un marketing del posadero. Porque ¿hay algo más triste que un bar vacío?. El ser humano es así, un grupo va buscando un lugar para tomar algo y se topa con dos bares, en uno hay tanta gente que resulta complicado incluso acercarse a la barra. El otro está vacío, bueno, no, está el olograma del final de la barra. ¿Qué hace ese grupo?, ¿entusiasmado aprovecha la coyuntura y rompe la soledad del hombre de la barra?. No, como si hubiera un superyo colectivo todos deciden como autómatas apiñarse en el que está repleto y dejar al olograma en su soledad. ¿Por qué?, pues no lo saben, es algo así como el instinto de barista, si uno está vacío, por algo será, le dice su información genética.
De los habitantes de los bares a mi me gustan mucho el grupo de marujas (no veáis desprecio sino tópico para simplificar) que alargan el café hasta el paroxismo y con una sola consumición son capaces de pasar la tarde. Herencias de la postguerra. Y no es que le den mucho trabajo al camarero...bueno, sí, porque el misterio del café en España es digno de estudio. Vamos a imaginarnos una escena, 16 personas van a pedir café y el camarero, estoico y escarmentado, saca la libreta y va tomando nota: uno solo en taza con sacarina, otro en vaso con azucar, un cortado con sacarina en vaso y otro con azucar en taza. Uno con leche templada en taza y con sacarina, otro con la leche caliente en vaso con azucar, uno con una nubecita de leche y sacarina, al que le añade otro con nubecita pero en vaso y con azucar. Después llegan los descafeinados, uno en vaso largo de sobre y sin leche, otro con leche y azucar, pero en taza, otro en taza con sacarina pero de máquina, el que le falta cortado pero de máquina y con azucar en taza grande, uno con leche de máquina, sacarina y en taza pequeña, uno en vaso, cortado con azucar y de sobre. Cuando el último se limita a decir uno solo por favor, el camarero se arrodilla y lo abraza con ternura para susurrarle al oido un sincero gracias.
Habrá más, claro, pero espero vuestras definiciones primero...

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