2 de agosto de 2007

MEDEM


Funciono mediante una especie de estímulos concéntricos. Me levanto con la ilusión de escribir el blog. Enfilo las primeras y duras horas de la jornada laboral pensando en la comida, ese ratito de relax con los compañeros. Supero la cuesta arriba del día pensando en las horas que pasaré con mi hijo y mi pareja. Afronto la semana pensando en la siesta del viernes. El mes pensando en ese fin de semana especial. El año pensando en las vacaciones...Voy buscando estímulos a corto, medio y largo plazo que me vayan dando medidos empujoncitos.
Luego hay estímulos, también cíclicos, pero que ya no dependen de mí. Tienen que ver con la creación, con lo que otros artistas, cada uno a su ritmo, puedan ofrecerme. Así espero cada nuevo disco de Sabina con incertidumbre, una posible novela de Sampedro, de Millás o Manuel Rivas con cierta ansiedad, y segrego saliba con la sola posibilidad de que una sala de cine exhiba una película de Medem. Si Julio pusiera una cámara frente a un muro blanco, en silencio, durante dos horas, sería el primero en la taquilla. Acabo de leer que por fin se estrena su Caótica Ana. Es una historia intimista y personalísima (maravillosamente personal, como lo es todo el universo Medem) de la que estoy seguro nos escribirá el cultureta, así que no vamos a pisarle el terreno. Puede que Medem sea la persona que más admiro en este mundo. Es capaz de crear a un nivel que ni puedo soñar. Me hice mayor con una de sus películas. En aquella pequeña sala madrileña una tarde entró a ver su Ardilla roja un niño y salió un adulto, con el alma a flor de piel. Después busqué como un peregrio su primera película y cada nueva obra con la devoción de un creyente. Siempre daba un paso más allá, Tierra parecía culminar su visión del mundo, como si formara una trilogía con las dos anteriores, pero Los amantes del círculo polar rompieron las murallas, que se derrumbaron por completo con su excelsa Lucía y el sexo. Ahora la muerte de su hermana, motor de su última película, estoy seguro que no hará más que poner una piedra más en el muro de su genialidad. La pelota vasca, ¿que tienes debajo del sombrero?, Clecla, En las ramas de Ana, no son más que muestras de que este director es algo más, que viaja a una velocidad de crucero que a otros nos obliga a apartarnos a la cuneta para dejarlo pasar. Sigue, Medem, sabemos que lo tuyo no es una carrera, pero vas el primero.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo. Yo solo he visto la peli de la Pelota Vasca, pero es suficiente para opinar lo mismo. Y a partir de hoy voy a buscar sus peliculas. ¿Por cual cree que debo de empezar?

Larrey dijo...

Pues la verdad es que no sabría decirte, pero para serle fiel al tiempo ¿por qué no la primera?. Es quizá la única de la que adminitiría una disputa sobre su genialidad. A partir de Vacas todo es, ¿cómo decirte?...

Pedro dijo...

Raúl, te recomiendo Tierra.

Larrey, van a poner las 4 pelis de Medem en el jardin botánico de la complu, cine de verano, en septiembre.