No soy un buen cliente. Pago con religiosidad (frase que no sé muy bien que debería significar) pero soy poco consumidor. Debo hacer, a lo sumo, tres llamadas al día. La memoria es frágil y selectiva, distorsionadora a veces, pero me atrevería a decir que al menos una vez al día la llamada se me corta y he de volver a marcar. No hay razón aparente, simplemente se corta y listo. En España hay, más o menos, en torno a los 30 millones de usuarios de teléfono. Evidentemente hay personas que llaman decenas, sino centenares de veces al día. Pero digamos que todos son como yo. Eso supone que al día las compañías telefónicas generan unos 30 millones de establecimientos de llamada por el corte de la conversación primigenia. Si el establecimiento de llamada está (algo que no recuerdo) en torno a los quince céntimos, estamos hablando que este negocio les genera en torno a los 4,5 millones de euros diarios. Es decir, al año este "jueguecito" de desconexión involuntaria les regalaría más de 1.500 millones de euros.
Estas cifras no son más que un juego, y seguro que fácilmente rebatibles, pero invitan a la reflexión, como céntimo a céntimos nuestros proveedores telefónicos van enriqueciéndose a nuestra costa. Los bancos y los operadores de telefonía e internet son, sin duda, los grandes ladrones de guante blanco de este siglo.
A todo esto, les dejo, que se me ha cortado el teléfono y tengo que volver a llamar.
Estas cifras no son más que un juego, y seguro que fácilmente rebatibles, pero invitan a la reflexión, como céntimo a céntimos nuestros proveedores telefónicos van enriqueciéndose a nuestra costa. Los bancos y los operadores de telefonía e internet son, sin duda, los grandes ladrones de guante blanco de este siglo.
A todo esto, les dejo, que se me ha cortado el teléfono y tengo que volver a llamar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario