24 de agosto de 2007

EL CULTURETA


Hoy el cultureta está contento. Dice que es para estarlo porque, después de mucho tiempo, puede recomendar una película. El ultimatum Bourne. Es, dice, una película de acció al uso. Puede, reconoce, que no le pegue a un tipo como él, pero también dice que no quiere entrar en debates sobre que cine es mejor o peor. El cine es un arte de la diversión y asegura que la película le tuvo dos horas pegado al asiento del cine, y esa es una pero que muy buena señal. No tenía muchos precedentes sobre el director de la película (Paul Greengrass) salvo que es quizá, además del director de la anterior película de la saga, un director comprometido de algún modo con la realidad política americana (a gran escala) con películas como Omag o United 93 ambas sobre el terrorismo internacional. Se maneja el director, por tanto, como un pez en el agua en el caótico y misterioso mundo de las trifulcas internacionales, agencias, super agencias, secretos y más secretos. Viendo este típo de películas le da la impresión al cultureta de que hubiera una especie de submundo, como unas cloacas invisibles que supuestamente manejan los hilos. Son películas, le digo yo, pero cuando el río suena.
En cuanto a la película en cuestión dice que está narrada con una velocidad interesante, con un juego perfecto entre intriga interna (la que te obliga a reflexionar sobre nombres, recuerdos, pasado, acciones etc) y la más pura diversión física (con peleas verdaderamente antológicas como la que tiene lugar en una casa en Tánger). No llegas a perderte nunca en la trama y no aburre ni un solo segundo. Además, y ya es un detalle de agradecer dados los precedentes, el poco tiempo que la película transcurre en España (Madrid) la documentación está trabajada a un alto nivel, y no hay patadas a la lógica como en otros films del tipo Mission Impossible donde en una irreconocible Sevilla era posible ver a un corredor de San Fermín hablando con una fallera mientras pasa el Cristo del Gran poder. Y ese mismo nivel de trabajo lo tienen otros detalles (con errores asumibles como que a una mujer a la que le acaban de dar un codazo no se le haya corrido ni el rimel) como el de los coches, que aparecen sucios, como suelen estar la mayoría. Son pequeñas cosas, dice el cultureta, que hacen de esta una buena película. Porque guste o no, el cine de acción es cine también.

No hay comentarios: