Hoy el cultureta está de vacaciones. Dice que hace calor, mucho calor, así que está tentado de recomendar un ventilador y cualquier libro, el que sea, incluso el manual de la lavadora. Porque en un momento de desesperación (y me ha pedido que no explique el lugar) se ha llegado a leer la composición del gel de baño. Lo que sí recomienda es ser consecuente con las vacaciones, ni ser demasiado optimista ni quedarse corto, que en la maleta viaje una novela que de verdad nos invite a leer. Quizá el verano es una buena época para textos ligeros, divertidos, del estilo de Eduardo Mendoza. Quien no haya leído, por ejemplo, Sin noticias de Gürp la hamaca de la playa o las siestas del hotel o el apartamento puede ser un buen lugar para echarse unas risas (aseguradas, se admiten reclamaciones). Reverte también es bueno para el verano, su perfección aventurera es ideal para las vacaciones. El cultureta se queda, puesto a reír, con La sombra del águila, un breve relato sobre un batallón español en las guerras napoleónicas. En fin, que tal vez los calores de esta época del año no llaman a que invitemos a Kafka o a Tolstoy a nuestras vidas, pero la comedia ligera, las novelas entretenidas y buenas son perfectos compañeros de viaje. Si luego la siesta vence a las letras, nada de remordimientos, ya lo dejó claro, alimenta tanto, tanto alimenta, la novela como la siesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario