Estaba tranquilamente trabajando cuando le dieron una tremenda patada por detras. Apunto estuvo de partírsele la pierna. Pese a la sorpresa y el dolor fue capaz de revolverse y propinarle un cabezazo desde el suelo. Entonces fue cuando acudió el resto de compañeros y se armó una tremenda trifulca.
Al final el árbitro zanjó el tema con dos míseras tarjetas amarillas.
Al final el árbitro zanjó el tema con dos míseras tarjetas amarillas.
1 comentario:
¿No vale el ejercicio de autodefensa? ¡pues vaya!
Besos. PAQUITA
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