La arrogancia de nuestro ex presidente no tiene límites. O como les gusta tanto decir a algunos, parangón en ningún político de ningún país civilizado. Ahora nos viene con que no, que resulta que hasta él ha descubierto, con un retraso de consecuencias mortales, que no hay armas de destrucción masiva en Irak. Y ese no es el asunto grave, aunque parezca irónico decirlo. Lo grave fue que alimentara una guerra en un error, pero eso ya ha pasado. Ahora lo grave es la arrogancia e ironía con la que ha reconocido dicho error. Con esa misma falta de respeto con la que se presentó al mundo poniendo los pies sobre la mesa de Bush. Altanería y chulería castiza para reconocer uno de los fiascos más interesantes (a nivel histórico) de los últimos siglos. Leí en una carta al director que bien pudiera Aznar haber hecho estas declaraciones en cualquier plaza de cualquier ciudad de Irak, o en uno de sus hospitales repletos de heridos. Creo que ahí no escontraría lo que él ya dijo que tenía bien puestos para decir lo que ha dicho y lo que es peor, como lo ha dicho. Sí, señor Aznar, tiene usted unos güevazos que dan ganas de vomitar. ¿Qué le hubiera costado bajar la mirada y decir sin tapujos y con humildad que buscó lo mejor para la humanidad teniendo en cuenta la información que poseía y creyó actuar en consecuencia?. No, en ese momento no lo sabía porque nadie lo sabía, problema de no haber sido tan listo y no haberlo sabido. No, Pepemari, el problema fue lo tonto que fuiste. No solo nos metiste en una guerra que alimentaste con tu egolatría, sino que perdiste el respeto de muchos españoles que dieron la espalda a tu delfín, o mejor dicho, que apoyaron a un desconocido con tal de que tu querido Mariano no repitiera tus errores. Las consecuencias de tus acciones las juzgará la historia, claro, y tus nietos leerán el verdadero valor de tus palabras y tu forma de manejarte en la política. Pero mientras tanto has perdido una nación para tu partido y has provocado tanto dolor que tu conciencia, si es que tu arrogancia le deja un espacio dentro de ti, debería impedirte dormir el resto de su vida. Y como dice el lector de la carta, otra realidad preocupante son los aplausos que estas reflexiones provocan todavía en algunos. Por mi parte no lo puedo entender. Sea uno del color que sea hay ciertas cosas que no se pueden o no se deberían tolerar, y una de ellas es esta. Por mi parte señor Aznar tiene usted un puesto de honor en mi memoria, el del político más despreciable que he conocido en mi vida. Soy historiador y rondo los 35 años, así que he conocido y leído sobre unos cuantos. Enhorabuena, listillo.
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2 comentarios:
Rubrico todo lo que has expuesto sobre semejante "Aprendiz de hombre" Así se llamaba el libro de "Formación del Espíritu Nacional" con el que pretendieron educarnos a todos en aquellos "maravillosos" años.
Un beso. PAQUITA
Despreciable. Es imposible entender lo que le pasa a este hombre por su cabeza. Y lo peor es que arrastra a muchos. Yo, por más que pienso no entiendo nada de lo que dice. Es como si su razón fuese por un lado y la mía por otro. Como si hablase otro idioma.
Y lo peor de todo es que se cree listo y que los demás somos tontos.
Yo tampoco he conocido a un político tan impresentable como él en España, fuera sí, Bush, Blair y Hitler, tan patéticos como él.
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