22 de febrero de 2007

EL CONGRESO


Equipo rojo: "Ha sido usted un mal fiscal, un incompetente, sectario y viene aquí a acabar con los consensos, y lo ha hecho con un presidente del gobierno tan incompetente como usted, que ha permitido que alguien tan incompetente como usted sea ministro."

Equipo azul: "Señor Zaplana, usted me puede dar lecciones (...) de ladrillo, pero no de derecho"

Equipo rojo: "aquí es usted al fin solo político, antes era un mal fiscal metido a político partidista, sectario, radical."

A todo esto añada el respetable coros y cánticos forofistas de todo color y condición.


Y me preguntó yo ¿dónde está aquí el debate político?. Vale, yo, como votante he aprendido que probablemente el ministro no sea del agrado de la oposición (con ser ministro tenía ganado ya ese galardón) y que el nuevo ministro sabe que Zaplana es probable que se enriqueciera con el ladrilo. ¿Y qué?, ¿dónde están aquí las circunstancias que realmente nos deberían preocupar a los ciudadanos?, ¿qué conclusiones prácticas se han sacado y se sacan de estas disputas?. Me parece muy bien que los políticos jueguen al poli bueno y al poli malo en las televisiones, en la prensa, que se descuarticen con infantil saña, pero que en el Congreso, que es por lo que cobran, vayan a trabajar. Que se dejen de insultos, de demostrar su rapidez dialéctica, y que muestren su destreza para el consenso y para legislar. No me cuesta imaginarlos en cenas privadas, en los pasillos del Congreso, en los baños, bromeando, vaya, Eduardo, te has pasado con lo de inepto, ya, pero es que me lo has puesto a huevo. Sí, sí, ahí he estado un poco lento, pasé mala noche, por cierto ¿qué tal tu señora?. Y mientras tanto nosotros recogiendo el guante del duelo y aplicándolo a nuestra vida como forofos. Yo no, yo hace tiempo que decidí discutir solo por cuestiones importantes, por la propiedad o no de una ley, de una decisión política. Que Zaplana sea un altivo y un guerrero de lengua rápida, a parte de hacerme cierta gracia, me trae sin cuidado.

Sé que en los colegios siguen organizando visitas al Congreso. Cuando a mi hijo le toque el turno de conocer el hemiciclo, me encargaré personalmente de enterarme si están o no los políticos dentro. Si lo están, mi hijo se quedará en casa, soy un padre muy miedoso.

2 comentarios:

Caminante dijo...

NO QUIERES QUE SE LO COMAN LAS FIERAS?

Larrey dijo...

no, empezaremos por el circo, que es más seguro