22 de mayo de 2010



Y QUÉ INFINITA LÁSTIMA...

Cuántas noches en vela
Sin la luz de una lámpara
Alumbrando el sendero.

Cuántos sueños dormidos
Extraviados y errantes
Sin el mapa de un beso.

Cuánto afecto marchito
En la cruda sequía
De negar los afectos.

Cuánto anhelo cautivo
Del tenaz laberinto
De la duda y el miedo.

Cuánta necia renuncia
Cuánta hiel sufrimiento
Con la falsa coartada
De pensarnos eternos.

Pero qué ingente gozo
En la mutua confianza
Por la cual compartimos
Los más hondos secretos

Mientras yo me miraba
En tus fúlgidos ojos
Que juzgué inalcanzable
Horizonte a lo lejos.

Qué amor tan grande el nuestro
Y qué infinita lástima
No haber sabido amarnos.

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