Resulta que un grupo de neonazis va a ser juzgado. Que buena noticia, se dice uno, al final la justicia española no se escora tanto para la derechona rancia y cabrona. Unos tipos que corean canciones tan cachondas como "seis millones de judios más a la cámara de gas" iban a rendir cuentas ante la justicia. Las pruebas fundamentales, que descansaban desde hacía meses en el juzgado, estaban en unas cintas con las conversaciones grabadas de los inculpados. Pues nada, allá que empieza el jucio y los de Sangre y Honor que se van un día más de rositas. Que se tiene que suspender porque no hay un reproductor adecuado para las cintas grabadas. Ya me imagino la escena, los rapados frente al juez, éste que pide las pruebas, el fiscal que las entrega, ¿y un reproductor? uno que mira el otro, el otro que mira al tercero, el alguacil que mira sus zapatos y allí nadie sabe nada. ¿Quién iba a saber que unas cintas necesitan un reproductor? Juicio suspendido. Si esto ocurre con unas simples cintas en una sesión programada de un juicio ¿qué esperamos entre la humareda de un avión militar estrellado?¿que cada soldado llegue a su casa para ser enterrado? Pero bueno ¿dónde os creéis que vivís? pues en país donde hoy te pongo una ley pero, huy, si protestan mucho, vale, vale, pues la quito no os pongáis así. Uno en el que puedes ir a la cárcel por quemar la foto de un monarca pero te puedes liar a cuchilladas contra un animal en medio del aplauso general y ser un valiente. Un país en el que si eres argelino pero manejas el balón como un dios eres un crack pero si no sabes de fútbol seguro que vendes crack, moro de mierda ¿Sigo?
26 de mayo de 2010
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2 comentarios:
Es que es un país en el que muchos pueden ser los gallinas, pero muy pocos los huevos.
Abrazos.
No, no sigas... porfa... ¡NO!
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