Duermo sobre papel de fumar, así que cualquier ruido leve es capaz de arrancarme de los brazos de Morfeo. Ayer fueron los excesos amatorios de algún vecino, eso o que les dio por desmontar el cabecero a golpes contra la pared. Bendito ruido, pues. Ya despierto decidí incorporarme y escribir. Metafóricamente, porque en mi decálogo personal de Intenta dormirte cojones, el punto primero es jamás te levantes hasta que tengas claro que no vas a volverte a dormir, pesado de los cojones (esto último es un anexo reciente) Así acompañé a Candela, la protagonista de mi novela, en el peor trago de su vida, y creedme que en mi novela tragos, lo que se dice tragos, hay muchos, pero no tan amargos. Después hice una curiosa recopilación de personajes novelescos y reales que han pasado por mi vida, como el inspector de Hacienda, árbitro y forofo de las camisas de flores, los cruceros y las series de los ochenta. Justo después empecé a escribir el artículo de mi vida, centrado, certero, conciso e inciso, como corresponde a cualquier obra maestra del periodismo amateur...pero entonces Morfeo, que es un cachondo donde los haya, me reclamó con urgencia y cuando intenté recordar al menos las lineas maestras de mi gran obra sonó el despertador, funcionario a sueldo de Morfeo, el cachondo. Y como reza la canción de Sabina, ya no recordaba nada de la noche anterior...
19 de mayo de 2010
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4 comentarios:
Siempre es bueno tener un bolígrafo y una libreta en la mesita de noche. Yo, cuando tengo una noche de esas, casi siempre -hay veces en que puede más la pereza-, de manera apresurada, tomo breves notas para que no todo se olvide. A veces basta una sola palabra. Porque es cierto que si no se hace así después es casi imposible recordar.
Abrazos.
O una grabadora...
Jeje, que gracia Jesvel, me he visualizado a las tres de la mañana grabando ideas y creo que mi pareja acabaría llamando o al abogado para el tema del divorcio o a los loqueros
Lo del abogado es mejor idea :-D
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