7 de mayo de 2010

INSTANTES QUE COMPENSAN


Mi hijo pequeño cumplirá dos años el mes que viene. Es un solete, cabroncete y gracioso, lleno de vida. Tiene una medio lengua que nos vuelve locos y un carácter que supera al de su hermano a todas luces. Vamos, que los tiene bien puestos. Siempre se ha dicho. Cuando alguien se queda embarazado empiezas a decir preparate para esto, para lo otro, para no dormir, y te mira con cara de pena y dices pero luego con una sonrisa está todo pagado. Y es verdad, no es una frase hecha. Los niños tienen esos golpes de infinita felicidad que bien valen una vida de no dormir. El otro día, a mitad de la noche, el pequeño se despertó atragantandose porque estaba vomitando, me levanté como un resorte y en un instante llegué a la cama, lo cogí en brazo, recogiendo su pequeña arcada con la mano, lo llevé en volandas hasta el baño y lo sostuve y tranquilicé mientras devolvía. Lo pasaba mal. Porque entre arcada y arcada decía, ya ta, ya ta, como si fuera yo quien pudiera decidir que su tripita dajara de traicionarlo. Luego limpiamos su carita y lo abrazamos hasta que se serenó. Se había quedado agusto, fuera lo que fuera, había salido en las arcadas. Lo llevé a la cama y cuando le di el beso, se giró, me miró y dijo: papi, te quieo mudio. Así que, aun a riesgo de no caber en mi propia cama, me acosté de nuevo con una sonrisa que todavía me dura. Sí, compensa.

2 comentarios:

Dafne dijo...

Si que son bonitas estas cosas si,,pero si te lo dicen y encima puedes dormir bien....eso ya es la ...!!!
Besos

Elena dijo...

mi papi es el meior del mundio. ¿a que tí?