31 de mayo de 2010


Como a otras muchas mujeres en el mundo, el miedo le impedía salir del oscuro mundo de la prostitución, y en su caso era todavía más doloroso, porque su proxeneta y ella llevaban el mismo aniño de casados.

2 comentarios:

ralero dijo...

Es que eso de llevar un "aniño" no debería estar permitido.

Y, fuera de bromas, que dura la vida de estas mujeres y que cabrones los que, para lucrarse, las llevan y mantienen a tales situaciones.

Abrazos.

Larrey dijo...

Rafa, no he conseguido transmitir mi idea, pero como es un tema que me gusta haré el artículo de mañana explicando mi opinión sobre esto