27 de octubre de 2009

MICROS


El severo y recto padre, que jamás tuvo un resquicio, un relax, para con sus hijos, mordisquea la tripa de su nieto con sonoras pedorretas.

2 comentarios:

ralero dijo...

Sí, suele suceder. Y es que con los años -amén de ir relajándonos- aprendemos cuales son las cosas importantes de la vida.

Abrazos.

Elena dijo...

Se da bastante este caso...sí.