10 de octubre de 2009

COSAS QUE PASAN (IV)


Sigue el culebrón, por su puesto, pero para no hacer de esta saga un Carabanchel Crest, iré dando pequeñas cuentas de la evolución.

Otro actor en escena: I, el nuevo perito. Resulta que nos llama una mañana y que nos dice que es el perito del seguro, que tiene que ir a casa a valorar el siniestro. No lo entiendo, ya tenemos perito, ya vino, ya abrió el caso (o como se diga) ¿entonces? Es que cuando supera ciertos importes pasa a una gestión externa. Protocolos a parte le digo que ¿qué va a valorar ahora si ya han hecho buena parte del trabajo? ¿No hizo fotos? me inquiere ¿Fotos?¿por qué? yo soy el perjudicado y no pago el seguro que nos va a arreglar todo esto (es el de la comunidad), deberían haber sido los del seguro o sus pagadores los que hubieran tomado nota fotográfica. Es que es bueno tal y cual. Al final me enfado, me están tocando las pelotas, así que le suelto que yo lo único que quiero es mi casa tal y como estaba antes de que la mierda de la comunidad convirtiera mi habitación y mi baño en una Vennezia de la escatología. Al final ha pasado por casa, ha valorado lo que ha podido y a esperar.

Se han hecho trabajos. Cerraron el techo (ya vivimos de nuevo en nuestra "húmeda" casa) y han sacado los armarios, evidenciando que tras ellos hay canalillos de aguas fecales. El desastre es mayor de lo que nos imaginábamos, y ahora que estamos viviendo hemos descubierto que la bañera, la taza del water y hasta un halógeno han sufrido los envites del evento.
La gente dice que estamos en plazo, que las cosas van, incluso, razonáblemente rápido, Cesar, el fontanero/gerente se ha tomado el asunto como algo hasta personal y está ayudándonos (por su interés pero también por el nuestro) bastante. Todo eso puede ser cierto, pero a nosotros se nos están haciendo eterno. Entramos en la habitación, vemos las cajas por el suelo, el hueco donde hubo armarios, la mierda chorreando por las paredes y nos dan ganas de llorar.

2 comentarios:

ralero dijo...

Paciencia (ya, ya sé que es fácil recomendarla y muy, muy difícil ejercerla).

Bueno, al final todo quedará en una larga batallita del abuelo Cebolleta para contar a sus nietos.

Abrazos.

Elena dijo...

Aquí os podemos hacer un huequito...donde caben 4 caben 8. Bss llenos de paciencia, paciencia y mas paciencia.