5 de octubre de 2009

ME GUSTA COMER POLLAS


Me gusta comer pollas. Y no lo digo como una revelación, como un secreto confesable o inconfesable, lo digo con toda la normalidad del mundo, con todas las letras. Diría que con todos los pelos y señales, pero para qué os voy a engañar, me gustan mucho más los hombres depilados. No es determinante este detalle, pero cuando me enfrento a una polla depilada me entran el hambre y las ganas mucho más rápido. Como decía mi madre del cerdo, de la polla me gusta hasta su forma de erectarse. Me gusta bajar unos pantalones y verla ahí, incipiente, entre aletargada y expectante. Esa primera vez que te la metes en la boca es maravillosa. La dejas ahí, mecida por tus labios, acunada por tu lengua, y vas notando como te va llenando, como invade tu boca con su excitación, como se crece ante ti, dentro de ti. Ese es el mejor momento de todos. Bueno, no, miento. Es el principio de todo. Me gustan los hombres que se cuidan, me gustan las pollas limpias. Porque las pollas limpias saben mejor, huelen a deseo y saben a sexo. Y no quiero entrar en detalles sobre esto. Me gusta que me cojan del pelo, de la cabeza, que me ayuden a encontrar el ritmo. Me encantan los hombres que te tratan con esa excitante mezcla de ternura respetuosa y deseo incontrolable, que aprietan los dientes, que te clavan los dedos, que te miran a los ojos, buscando los tuyos, para ver en ti su excitación y que todo se multiplique. Hay poder en comerse una polla, eres capaz de dominar a un hombre con solo dos dedos y un poco de ayuda de tu lengua. No voy a revelar ningún secreto si digo que es fácil tener a un hombre contento, que le coman la polla es, fuera como fuera el resto, el mejor momento del día. Por eso hay que tener cautela, o la fiesta terminará demasiado pronto. Hay que hacerlos llegar al borde del río pero que no se bañen. Una y otra vez. Imaginaros, corriendo, con ese placer de creerse ya saltando al agua y zas, en el momento justo, sintiendo ya la humedad sobre los dedos, frenas su impulso y lo invitas a volver. Cada vez que retorna hacia el río lo hace con más violencia, con más ganas, con más deseo. Así, cuando por fin les dejas que se bañen, esa explosión de satisfacción, esa descarga, es brutal. No quiero mentir, así que no niego que he dejado no pocas veces que se corran en mi boca. No es fácil decir que no a ciertos hombres, otras veces las cosas ocurren sin más, y no vas a andarte con remilgos en esos segundos tan delicados. Y también es verdad que otros se lo merecen, hay algo en sus ojos, en su forma de besar, en sus manos, en su lengua, ¡ en su polla ¡ que hace que las barreras, los límites y la cordura desaparezcan. Tengo miedo al sida, a las enfermedades, pero las cosas no siempre ocurren como deben. Por eso me gustan los hombres que saben avisarte. No me gustan los que te dicen aparta, que me voy a correr. O los que gritan sin más, que me corro, que me corro. Hay formas, hay sutilezas, que desplacen tu hombro entre gemidos basta, lo entiendes, miras a los ojos y lo comprendes, entonces te apartas y que el semen caiga en otras partes de tu cuerpo menos peligrosas. Porque a estas alturas ya no voy a andarme con remilgos, adoro que los hombres se corran sobre mí. Ya lo he dicho, algunos se merecen mi boca llena de su dulce néctar, y casi todos merecen llenarme el rostro, los hombros, las manos, los labios, los pechos, el culo, lo que se tercie en ese momento. Esas dentelladas calientes sobre mi piel son el mejor de los premios posibles. Tampoco soy tonto, así que no negaré que me gusta tanto o más que me la coman a mí, pero de eso ya hablaremos otro día…


17 comentarios:

dafne dijo...

TOMAYA! sorpresivo!
En cuanto al título,lo miré esta mañana y como iba con prisa no pude leerlo hasta ahora y me fuí pensando que con tal rotundidez yo siempre digo :me gusta comer paella! aunque....también es muy asumible ,totalmente asumible el título de tu texto.
Besos

Larrey dijo...

Que gracia me ha hecho, porque tal y como lo dices serían dos caras de la misma moneda: me gusta comer pollas (sexo oral hombre receptor) me gusta comer pa´ellas (sexo oral mujer receptora) Para mí tan interesante lo uno y lo otro, me costaría posicionarme en cuestión de gustos...

Anónimo dijo...

mucho texto pa decir baja y chupa, jaja

Anónimo dijo...

Menudo maricon

Anónimo dijo...

Cuanta parrafada y texto inútil para no decir nada nuevo.

Anónimo dijo...

marica

Anónimo dijo...

Fuerte bujarrona de mierda.....

Anónimo dijo...

Fuerte bujarrona de mierda.....

fonty dijo...

Ami me a puesto muy cachondo y me ha recordado momentos con chicas que me lo han hecho pasar muy bien.... Y todo muy excitante la verdad pero me ha dado un pequeño bajón a saber que era un tio pero también ha sido una sorpresa o malo de todo es que los que ponen maricon o bujaron o cosas asi son tios que les da rabia que un texto que le ha puesto cachondos en verdad sea un tio putos chimpances En fin muy buen trabajo

Anónimo dijo...

Buen texto tío. Me ha gustado mucho. :)

Rabobitch dijo...

Me ha gustado mucho como describes

este momento, ummmmm el de comer polla.

A mí me encanta comer y ser comido

Soy chico hetero de cuarenta años,

y me gusta comer de todo,

edu dijo...

estoy contigo nada me gusta mas que comerme una buena polla y mientras lo estas haciendo ver la cara de placer del macho al que se la comes y cuando con frenesi te coje la cabeza y te empieza a follar la boca es lo mas y personalmente me encanta que me bañen la cara de semen dios toda la cara y boca blancos es lo mejor

Anónimo dijo...

Bajo si kieres

Anónimo dijo...

Lo mejor es saborear la leche de tu macho. Que después de que se la comas se corra en tu boca y vea como tú te lo tragas todo. Uhmmmm Qué rico

Anónimo dijo...

Maricon asqueroso

Anónimo dijo...

O si lo mejor es tragarse la leche eh mmm.. quiero comertela atti

Anónimo dijo...

Las pollas son preciosas!!