31 de julio de 2009


Nota: este será el último dardo del capitán hasta su vuelta de vacaciones.


Todo vale

Abochornado escucho a Esperanza Aguirre hablando de Zapatero como sindicalista piquetero y retrógrado para luego declarar que le ha llamado para pedirle disculpas. Abrumado leo que el presidente de la CEOE dice que no aceptará el chantaje del gobierno en la mesa de negociaciones del diálogo social.

La lucha social de los trabajadores ha sido clave desde el desarrollo de la Revolución Industrial para la consecución de una serie de derechos y libertades que les costaron sangre, sudor y lágrimas a nuestros antepasados y de los que nosotros podemos disfrutar.

Antes de la lucha obrera el patrón explotaba impunemente a los trabajadores y se dedicó durante años a perfeccionar las técnicas industriales al máximo con tal de conseguir el máximo rendimiento y en consecuencia el máximo beneficio. Los sistemas de producción se mejoraron y en las fábricas se impuso el trabajo mecánico y tasado temporalmente con el objetivo de producir más y mejor en menos tiempo y coste de producción. Hubo teóricos de ese sistema de producción, entre los que Taylor y Ford son quizás los ejemplos más significativos.

Paralelamente se desarrolla la lucha obrera, clave para ella es el asociacionismo, porque como bien dice el dicho la unión hace la fuerza. Aquí también hay teóricos que parten de la lucha obrera y que con el tiempo establecen fuerzas políticas que defienden unos derechos básicos del trabajador como trabajar menos de 12 o 14 horas, poder descansar los domingos, etc, y que al final acaba embocando en una teoría política de defensa e incluso imposición del obrero en la lucha política y social.

Trabajar unas 8 horas, descansar al menos los domingos, tener derecho a un subsidio en caso de desempleo, el derecho a cobrar el sueldo en el caso de sufrir un accidente o baja laboral y toda una serie de beneficios sociales, laborales y políticos para los trabajadores no fue cosa de un día ni unas horas.

Para conseguir todo esto que tenemos ahora y que tantas veces criticamos sin darnos cuenta de lo afortunados que somos hubo mucha gente que se dejó la vida en ello, literal. También hubo muchos otros que estuvieron encerrados en cárceles muchos meses y años y otros cuantos que se dedicaron a teorizar y defender una serie de principios básicos que derivaron políticamente en las teorías socialistas, comunistas e incluso que la derecha europea más moderada en la Europa de la posguerra asumió como valores y principios desde la óptica de un cristianismo social.

Por todo esto convendría que todos estos señores defensores del nuevo liberalismo económico y político, que consideran al que opina diferente como analfabeto y ser inferior, sin criterio ni valores y defensor de un pasado trasnochado, que enfrente estamos muchos y que sus delirios de grandeza y poder no nos asustan.

Y deberían saber que ni sus amenazas, ni sus advertencias, ni sus exigencias autoritarias, ni sus premoniciones apocalípticas nos van a hacer renunciar a lo que tenemos porque nos ha costado mucho, e incluso que aún queremos más.

Empresarios, negocien y piensen que con 800 euros que pagan a mucha gente no se puede vivir, y que se pueden dar con un canto en los dientes ya que gracias a la apatía social, entre la que me incluyo y de la que me culpabilizo, llevan viviendo mucho tiempo sacando mucho beneficio a costa del esfuerzo de todos. Piensen que sin nosotros no son nada.

Y a Esperanza decirle que aún sigo sin entender como puede ser la Presidenta de la Comunidad de Madrid, aunque precisamente esa es la grandeza que tiene la democracia.

Reaccionemos de una vez.

1 comentario:

Larrey dijo...

a mí me hace gracia que esa señora considere sindicalista tal insulto que se vea obligada a pedir perdón...