10 de julio de 2009



Noche magica

Al entrar al estadio la primera sorpresa es encontrarse con aquella extraña nave espacial ubicada donde debería estar una portería y darse cuenta que eso que uno está viendo es el escenario. Sin dejar de mirarla avanzo hacia mi asiento pero al llegar, en la segunda gradería me dicen que la organización ha comprobado que no se ve desde allí demasiado bien y que por tanto nos reubican. Cogemos las nuevas entradas y nos dirigimos a la nueva puerta. Al entrar veo que nos colocan en la parte de atrás del escenario, y al descender compruebo que es en la fila 4. No me lo puedo creer.

Los teloneros tocan casi 50 minutos y desde que finalizan se va generando tensión en el ambiente. El público expectante espera, la noche va cayendo, el Camp Nou empieza a parecer una bomba de relojería. Está totalmente lleno, las gradas y la parte de abajo. Todo es gente.

Está empezando a anochecer y de pronto se apagan todas las luces del estadio. El público ruge y el surtidor de humo del escenario empieza a crear una atmósfera emotiva de sorpresa. De pronto, por la parte trasera del escenario, a escasos 15 metros de nosotros, salen los magos de todo esto, Larry, Edge, Adam y Bono.

Larry es el primero en colocarse sobre la batería, empieza a tocar los primeros acordes de Breathe. Comienza la segunda noche mágica.

El segundo concierto es impresionante, aun mejor que el primero, más música y menos conexiones con el espacio, siguen los mensajes de compromiso, tan habituales en ellos, y un sonido apabullante. U2 es la esencia del rock en directo, con tres instrumentos, toda una serie de acompañantes tecnológicos y las voces, el concierto se hace enorme. Cambian el repertorio con respecto al primer día.

La nave espacial en la que actúan no gira por completo, sólo gira la batería, el resto de componentes del grupo se desplazan por los anillos concéntricos que rodean la garra, por eso cada uno actúa en un lugar del escenario. Hay canciones en las que Bono te mira y otras en las que no, pero en esas es algún otro del grupo el que lo hace. Además la pantalla, brutal, es la que te permite ver continuamente a los músicos tocando.

Llega un momento durante el concierto en el que los cuatro están en el círculo central del escenario que es bastante pequeño, y la pantalla con un sistema de engranajes como un acordeon se ha ido abriendo y casi les alcanza la cabeza. Las luces de la pantalla parecen un carrusel de feria, no puedo dejar de pensar en un video de ellos, no estoy seguro de si es el de The Unforgetable Fire.

Lo paso mal en algunas canciones, me emociona oír a todo un estadio cantando los himnos míticos de la banda, y cuando en Where de Streets Have no Name se ilumina todo el estadio y ves todos los brazos de la gente aplaudiendo los pelos se me ponen como escarpias.

¡Qué espectáculo! Acaban excesivamente tranquilos, me encantaría poder ver un concierto de U2 sin baladas y que los bises fueran brutales para dejarte en éxtasis. Pero entiendo que sin One o With or without you U2 no sería lo que es.

Bono está pletórico de voz, quizás es porque acaba de empezar la gira, todo el mundo le machaca por su compromiso social, por su hipocresía a la hora de cambiar de residencia fiscal, etc. No voy a meterme en eso, creo que por encima de todo es músico, aunque valoro el hecho de que si encima tiene la suerte de ganar tantos millones y una parte de todo su dinero lo destina a ayudar a los más pobres, bastante más que la mayoría de nosotros está haciendo.

Él siempre agradece el hecho de estar donde está gracias a todos sus seguidores, yo le agradezco el haberme llegado a lo más profundo, a la parte sentimental, allí donde creo que un buen músico debe llegar, solo con sus canciones. Y pocos lo han hecho.

Acaba el concierto y la nave espacial aterriza. Nosotros nos vamos levitando. Ha sido perfecto.

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