Con mi melena semileonada tenía un insoportable parecido a nuestro expresidente. Así que el domingo pasado la familia puso en marcha la OTC (operación talado capilar) Como todas las semanas, el último día se planifica las tareas de la siguiente, porque muchos sabran de lo que hablo cuando tenía pensado titular a este post "cuando irse a cortar el pelo es una maniobra de ingeniería familiar". Pero no cabía. El caso es que, planificados los 5 días laborables en sus elementos básicos (entrada y salida del cole, cuidadores del pequeño, etc) nos quedaba un pequeño resquicio de esperanza para que el lunes, único día factible, tuviera lugar la OTC. Todo dependía de que la madre tuviera tiempo durante la mañana de pedir cita para los cuatro. Pero pasó sin noticias, por lo que, tal y como habíamos acordado, eso significaba la suspensión de la OTC. Pero a las tres de la tarde recibo la primera llamada:
15:50 Que si puedo acudir yo a por el pequeño a casa de la abuela. Me asusto ¿ha ocurrido algo? No, nada, tranquilo, es que está dormido y si puedes pasarte a por él después del trabajo lo dejo durmiendo. No hay problema.
16:32 Segunda llamada: que nos vamos a acercar a a la peluquería andando desde la escuela, por si pudieran cortarnos el pelo. La madre y el mayor retomaban, aunque fuera parcialmente, la OTC. Ok, nos vemos en casa, cambio y corto
16:45 Tercera llamada: oye, que la peluquera dice que te pases después el trabajo, que te esperan para cortarte el pelo ¡ Fenomenal !, también entro en la OTC. Pero ¿qué hago con el peque? No hay problema, habremos terminado, te esperamos en casa, lo dejas y te vuelves corriendo. Copiado, corto y cierro.
Salgo del trabajo, recojo a toda velocidad al pequeño en casa de la abuela, me voy a la nuestra. Contra mi costumbre acudo, curiosamente, a la tan patria costumbre de la segundafilasiesolounsegundo. Cuando estoy sacando al peque pienso que si pierdo tiempo con el carro corro el riesgo de perder la OTC, así que lo dejo en el maletero (el carro, eh, el carro) y hago el intercambio, ya lo sacaré a la vuelta. Aunque está a menos de un kilómetro de casa la sede de la OTC voy en coche, para después de los sudores, no correr el riesgo de fracasar por unos minutos. Llego justo a tiempo, soy el último cliente del día. Cuando me siento a que me laven el pelo y entiendo que la OTC va a ser un éxito, me relajo. OTC cumplida vuelvo a casa a toda velocidad, aparco y salgo rápido, llego a tiempo de darme un baño en la piscina con los pequeños, el mejor momento del día. Todo, pese a las prisas, gracias a nuestra enorme capacidad de adaptación y planificación, había sido un éxito...bueno, no todo. Al día siguiente recibo, a las 07:50 la cuarta llamada: Dime- es la madre de los pequeños- que no te has llevado el carro del niño en el coche...ups, con tanto ir y venir, con tanto tumetraes, yotellevo al final había olvidado sacar el carro y descansaba, como mi coche, en el parking del trabajo. Así que, la OTC había sido un éxito, pero dejé a la madre y a la abuela de la critatura sin el carro para todo el día...cosas de las prisas...
15:50 Que si puedo acudir yo a por el pequeño a casa de la abuela. Me asusto ¿ha ocurrido algo? No, nada, tranquilo, es que está dormido y si puedes pasarte a por él después del trabajo lo dejo durmiendo. No hay problema.
16:32 Segunda llamada: que nos vamos a acercar a a la peluquería andando desde la escuela, por si pudieran cortarnos el pelo. La madre y el mayor retomaban, aunque fuera parcialmente, la OTC. Ok, nos vemos en casa, cambio y corto
16:45 Tercera llamada: oye, que la peluquera dice que te pases después el trabajo, que te esperan para cortarte el pelo ¡ Fenomenal !, también entro en la OTC. Pero ¿qué hago con el peque? No hay problema, habremos terminado, te esperamos en casa, lo dejas y te vuelves corriendo. Copiado, corto y cierro.
Salgo del trabajo, recojo a toda velocidad al pequeño en casa de la abuela, me voy a la nuestra. Contra mi costumbre acudo, curiosamente, a la tan patria costumbre de la segundafilasiesolounsegundo. Cuando estoy sacando al peque pienso que si pierdo tiempo con el carro corro el riesgo de perder la OTC, así que lo dejo en el maletero (el carro, eh, el carro) y hago el intercambio, ya lo sacaré a la vuelta. Aunque está a menos de un kilómetro de casa la sede de la OTC voy en coche, para después de los sudores, no correr el riesgo de fracasar por unos minutos. Llego justo a tiempo, soy el último cliente del día. Cuando me siento a que me laven el pelo y entiendo que la OTC va a ser un éxito, me relajo. OTC cumplida vuelvo a casa a toda velocidad, aparco y salgo rápido, llego a tiempo de darme un baño en la piscina con los pequeños, el mejor momento del día. Todo, pese a las prisas, gracias a nuestra enorme capacidad de adaptación y planificación, había sido un éxito...bueno, no todo. Al día siguiente recibo, a las 07:50 la cuarta llamada: Dime- es la madre de los pequeños- que no te has llevado el carro del niño en el coche...ups, con tanto ir y venir, con tanto tumetraes, yotellevo al final había olvidado sacar el carro y descansaba, como mi coche, en el parking del trabajo. Así que, la OTC había sido un éxito, pero dejé a la madre y a la abuela de la critatura sin el carro para todo el día...cosas de las prisas...
3 comentarios:
JA,JA,JA,... mira que me suena el tema...
En mi familia también se planifica de un día para otro, porque, a modo de ejemplo, un año retrasamos dos días la salida de vacaciones de verano porque la niña estaba con 39 de fiebre. También es cierto que éramos primerizos, hoy en día, por ese motivo no retrasamos nada, ibuprofeno con forma de dalsy y arreándo.
Un día tienes que escribir sobre la ingeniería de los viajes. Nosotros tenemos en mente irnos a Galicia el próximo finde toda la family... veremos
Uno se relaja cuando sabe que no es el único que vive con la libreta diaria, semanal familiar en la cabeza...¿que se te olvida el carro? pues a otros otras cosas....la hija por ejemplo...que yo, que tú (de nuevo) pero sí, se nos quedó la niña sola en el cole, así que menuda carrera me eché en solitario. Yo también soy de horarios mas menos, y cuando se salen de la tolerancia voy crispá.
En la piscina:
- Sigues hablado con Antonio.
- Sí, leo casi todos los días su blog
- Y qué cuenta hoy?
- Que se ha cortado el pelo
- Ah!
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