24 de abril de 2010



EL ÚLTIMO CONFÍN DE LA TORTURA

Nunca supo el porqué,
Las causas de que entrase en su morada
Lo mismo que un brutal antidisturbios
Tras dar varias patadas a la puerta.
El caso es que llegó para quedarse,
¡PUM, PUM!, a todas horas
Golpeando, lacerando,
Sin dejarlo dormir –¡estruendo estruendo!-,
Y una luz amarilla
Siempre fija en sus ojos
Que, sin párpados, pronto
Fueron un pozo ciego.
Jamás mostró su rostro, tras la máscara,
Jamás lo interrogó, dijo palabra;
Sabía de su inocencia, su ignorancia;
Tan sólo se afanaba en torturarlo,
Gozando en su sadismo sin clemencia.
Lo tuvo meses, años,
Atado a aquella silla,
Protervo disfrutando en su dolor;
Clavándole alfileres en las uñas,
Quebrándole los dientes, horadándolos,
Rasgándole a mordiscos lengua y labios,
Los sueños, los pezones, las vanas esperanzas;
Fijándole electrodos en el sexo
Y aullando de placer con las descargas
Eléctricas que hacían que se orinase
Encima mientras él eyaculaba
Temblando como un perro revolcándose,
Demente, en el deleite de esas aguas.
Con el tiempo, el dolor,
aún persistiendo,
Dejó de evidenciarse en sus quejidos;
E igual que había llegado él se marchó,
Dejándolo cubierto en mierda, en náuseas,
Sumido en las tinieblas.
Y, en las garras
De aquella soledad sin luz ni límites,
Llegó a añorar la hirsuta compañía
De aquel que, con encono, tanto tiempo,
Gozara con la hiel de su quebranto
Y luego abandonado lo dejase
Al último confín de la tortura.

1 comentario:

"Damnificada" dijo...

Me pone en contacto con un "acoso" que sufro desde hace un buen tiempo y, te puedo decir, Poeta, que no "sufro síndrome alguno de Estocolmo" De ninguna manera echaré en falta al torturador

Ser víctima sería concederle demasiado; me niego a serlo, aunque te diré que estoy empezando a sentir una especie de ¿odio? y eso me altera, porque creo que es mejor la indiferencia que sentía hasta hace poco

Enfín, que sin querer hablo de lo mío. Estoy haaaarrrrtaaaa, bueno, hoy no me pilla la cosa bien...

Tu poema, muy bueno, Rafa, como siempre, no deja "indiferente" al lector, la prueba, aquí mismito la tienes.

Un abrazo