11 de marzo de 2010

SEXISMO EN EL IDIOMA


Parece asumido que el idioma es machista. Y la verdad es que evidencias tenemos. Y no voy a ir con lo de médico o médica, que me parece un debate tan absurdo como pretender llamar al odontólogo dentisto en lugar de dentista. Pero bueno, los que tienen un sillón con letra sabrán más que yo de esto. Lo que digo es que el machismo, entendido como la denostación del género femenino frente al ensalzamiento del masculino, parece evidente a tenor de las pruebas. Y valga un ejemplo: si una cosa nos gusta puede ser la polla, en cambio, si no nos gusta puede ser un coñazo. Está bien, lo acepto, pero también es verdad que es muy común decir, cuando estás disfrutando, que te lo estás pasando teta. Y teta parece más femenino que masculino. Pues, parafraseando a Sabina, como te digo una co te digo la o. La maternidad, por ejemplo, es mucho más importante que la paternidad, dónde va a ir a parar. Y valga, como antes, un ejemplo: no existe la patronatación, por mucho que yo me meta con mi hijo en la piscina se seguirá llamando matronatación. ¿Anecdótico? sí, pero significativo. Tal vez el idioma lo que sea es, como el mundo, la naturaleza, sexista, y diferencia las cosas por géneros. Para nosotros está la tarea de educar en la igualdad, en las balanzas equilibradas, quizá no tengamos que empeñarnos tanto en mezclarlas ¿No os parece?

3 comentarios:

Elena dijo...

Totalmente de acuerdo. Juntos y en armonía, equilibrio...que no por eso ninguno es menos que el otro, Pater es pater y Mater es mater...bss

Dudu dijo...

Por cierto quiénes saben más los del sillo con letra mayúscula o con letra minúscula?

Larrey dijo...

El mejor ejemplo de que lo femenino puede ser bueno y lo masculino malo es la papada, que gusta mucho menos que la mamada ¿o no?