Me acabo de enterar que soy un papá bisagra. Mis amigos dicen que soy un papá helicóptero, porque siempre estoy sobrevolando a mis polluelos, así que debo ser una bisagra con hélices. Lo de papá bisagra viene por un artículo dedicado al estudio de la socióloga de la Complutense Inés Alberdi, que dice, en grandes líneas, que somos una generación de padres bisagra, que vamos a servir de enlace entre el rol de padre tradicional, el que entraba en el juego educativo cuando las cosas pintaban feas, casi siempre posterior al "verás como se lo diga a tu padre" materno y el rol de padre moderno, que se asemeja en funciones a la madre, en cuanto a dedicación e implicación con el día a día de los pequeños. Es cierto que mi forma de enfrentarme a la paternidad no tiene nada que ver con la de mi padre, que cada mañana salía a "cazar" su salario mientras la madre vigilaba de la prole y de que ningún animalejo en forma de enfermedad, suspenso o inquietud acechase la cueva. No. Tengo más la sensación, en todo caso, de quien se queda en la cueva. Es verdad que en el reparto de funciones mi voz, mi porte y mi gesto me condena al papel de poli malo, pero el resto es más que equitativo. Y cuando me he dado cuenta de la diferencia es ahora, porque lo hemos vivido con la mayor de las naturalidades, es que no se me ocurre otra cosa, otra forma de verlo. Y los hay, las hay mejor dicho, hay parejas que todavía mantienen esa figura del padre que gana el dinero y la madre que cuida, y son de mi edad. Pero es un acuerdo entre ellos, y mientras sean feliz ¿quién soy yo para cuestionarlo? El caso es que sí, soy de esa generación de padre y ahora me siento orgulloso.
19 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Ale pues....feliz día del padre bisagra,aunque ....no s´se yo..a algunos padres bisagras solo les falta parir y eso parace que la naturaleza se lo dejo a la madre.
A Los sociologos les encanta bautizar los comportamientos humanos....
Más besos!!!
Publicar un comentario