EL INSTINTO Y SU

¿Qué ocurre dentro de una mujer? Hay algo más allá del raciocinio, algo que está por encima de las convenciones, los convencimientos, la cultura o la rutina. Hay algo más. Cuando una mujer siente la poderosa necesidad de ser madre algo en su interior se quiebra. No voy a ser yo quien entronice o divinice (y demonice por ende) el instinto de maternidad, pero es como si la mujer llevara un traje reversible, y durante décadas usara el de mujer, sin más, hasta que un día se le da la vuelta y desparece, tornándose en el disfraz de madre, que puede sobre todo lo demás. Lo he visto en felices ocasiones y ahora con dolorosa presencia en el caso de una amiga que lleva más de una década intentando ser madre. Lo ha probado todo, incluso médica y artificialmente y un último y casi determinante fracaso nos ha llevado a las puertas de la mayor frustración que puedo imaginarme: la evidencia casi definitiva de no poder ser madre. Ahora quedan las palabras, los cosuelos en forma de también se puede adoptar o ser feliz sin ser madre. Pero son palabras que se lleva el viento de la tristeza, como el rumor lejano de un río. Y como el traje queda grande, las mangas de la evidencia sólo sirven para secarse las lágrimas. ¿Qué más puedo decirte Su? intentaremos ayudarte a recomponerte, a que el traje de mujer, tan hermoso, tan importante, tan determinante, te vuelva a quedar lindo y ajustado y lo más importante, que vuelva a gustarte verte en él. ¿Y después? Las palabras de consuelo. Y tiempo. Mucho tiempo y cariño.