Brasil es una república federativa. Hay 26 estados y un distrito central, Brasilia. El petróleo del peresal se encuentra en la costa, en las aguas, del Estado de Río de Janeiro y del Estado de Espíritu Santo. Según las leyes vigentes las riquezas naturales que se encuentren en un estado, pertenecen a ese estado.
La semana pasada un senador propuso cambiar la ley. Hay tal cantidad de crudo que es necesario repartilo entre todos los estados, dice. Lula piensa lo mismo. En Río están muy disgustados.
Durante esta semana se han celebrado manifestaciones en Río pidiendo que todo el dinero que de el petróleo se quede en Río, lo que les hace aparecer como unos egositas insolidarios. Unos avariciosos que se quieren convertir en una monarquía saudí y van a dejar morir de hambre a los estados más pobres.
Por eso yo les aconsejaría que no hablaran solo de dinero, que queda muy mal. Deberían inventar alguna historia, o inventarse la historia directamente. El plan sería aparecer como un estado oprimido por siglos de dominación paulista. Un estado con cultura y con indios propios expoliados que ahora menesitan reparación. Potencien ese sentimiento de desafección. Supongo que alguna lengua que no sea portugués hablarán esos indios, ¡utilicenla! Pero tampoco se locrean mucho, a ver si van a ir al Mundial con selección propia y no se comen un colín.
2 comentarios:
En cualquier caso -con o sin cambio en la norma-, es muy probable, Pedro, que la pasta se la lleven cuatro desalmados, ladrones de cuello blanco. Como suele suceder casi siempre.
Abrazos.
Puede ser. En todo caso, que sean 4 desalmados de todo Brasil, no solo de Rio.
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