Aspiró su Montecristo y dio un largo trago a la copa de Le voyage de Delamain después de una copiosa cena, y sentenció: Han de entenderlo, el ERE es inevitable, todos tenemos que ajustarnos el cinturón; yo mismo, ¿ves? ya no dejo propina.
15 de marzo de 2010
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1 comentario:
...pero ¡qué cabrón!...
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