AY WILLY, WILLY MI AMOL

Me han decepcionado mucho las palabras de Guillermo Toledo calificando de delincuente común al preso político que recientemente ha muerto de hambre voluntaria en Cuba. Ni creo que fuera un delincuente común ni pienso que por haberlo sido hubiera tenido menos derechos. Así que no me cuadran por ningún lado sus palabras. Y eso, cuando ocurre con alguien a quien te gusta escuchar, alguien en el que te cobijas moralmente, alguien a quien has defendido y con el que te has alineado, duele más. Guillermo, Cuba es una dictadura, y como todas las dictaduras intenta que a los disidentes políticos se les trate como delincuentes comunes porque ni una dictadura es capaz de soportar la inmoralidad de tener a alguien en la cárcel por su forma de pensar. Al final la dictadura es buena o no, por lo visto, en función del color de la porra con la que te golpee. Para unos si es azul y de derechas es buena (y a la inversa) y al final compensa, y para otros cuando es roja es cuando es justificable (y a la inversa) Para mí todas las dictaduras, todos los regímenes políticos que no se basan en la democracia (y eso incluye monarquías, ejércitos, sistemas religiosos...), todas las que se basan en la imposición de un sector y la represión de otro son denostables y dictaduras, con todas sus peyorativas letras. Y me da igual que se escoren a la izquierda o a la derecha. Parece ser que para Guillermo Toledo no.