7 de enero de 2010

UN TIPO GARRAFÓN

Soy un tipo garrafón. Quizá tuve algunos años de mi juventud, especialmente inquietos, que bien me acercara a la ficticia figura que quise recordar con el cultureta, papel que tan bien ha representado después Peter (Pedro En San Pablo próximamente). Iba al cine en versión original, conocía al dedillo los movimientos del mundo del celuloide, películas que se iban a estrenar, directores nuevos que prometían. Aun recuerdo cuando salí corriendo de la universidad para llegar a una sesión de tarde de una desconocidísima película (Tesis) de un menos conocido director (Amenabar); en definitiva, entendía lo que ahora me aburre. Leía con constancia, un par de novelas al mes. Ficción y no ficción. Sabía qué grupos de música estaban en vistas de sacar un disco, iba a las tiendas de cultura tipo Fnac aunque solo fuera por cotillear (luego siempre salía con un disco o con un libro). Tocaba la guitarra (igual de mal que ahora). Iba a conciertos, normalmente de grupos y en locales no muy populares. Estaba al tanto de lo que se movía en los submundos culturales de mi ciudad y del mundo en general. Y lo vivía con normalidad, eso me salvaba de ser un friki engreído. Ahora en cambio me aburren demasiado las películas que me hacen pensar, como si el director o el guionista fueran demasiado perezosos y me obligaran a hacerlo a mi. Un film de más de dos horas me parece un acto de egocentrismo inhumano. Aunque no voy apenas al cine, tengo mucha menos paciencia. Me sigue pareciendo que el arte contemporáneo es en buena medida una tomadura de pelo, pero ya no voy a los museos para ratificarme en mi opinión. Quitando Sabina y el círculo de grupos habituales (los delinquentes, El Combolinga, Macaco etc) no tengo ni idea de qué se cuece en el mundo de la música. No sé cual es el gran éxito editorial de la temporada y mucho menos me lo voy a leer. En fin, estoy fuera del mercado cultural. Supongo que si escribo esto es porque me siento triste ante esta evidencia y el trastero es, una vez más, mi atril, mi megáfono, mi lienzo. Lo peor de todo es que no tengo muy claro si encontraré la forma de volver a ser el tipo activo e inquieto de antaño.

3 comentarios:

dafne dijo...

Tú ves...yo por eso me pedí "pa" reyes algo de ilusión..porque esto de la desilusión todo es empezar y al final no queda con que encender.
Hay que intentarlo..yo fui a ver la obra de Sorolla ,la de la obra social de bancaixa y lo mejor ,no fue la visita en si,sino el atreverme a hacer un taller didáctico que no se porque solo entran los niños(jolin). Me senté en el caballete y a pintar...me lo pasé genial,fue un pequeño toque que me divirtió..y ya no es tan fácil que eso me ocurra.

Besos!!!

Pedro dijo...

Ayer estuve en el CineSesc, el primer miércoles de cada mes, a las 9.30 va un director de cine mayor y pone una peli de su colección particular. Anoche vi "Avere vent'anni", una salvajada italiana del 78. Te la recomiendo.
http://68revoluciones.com/?p=13

Elena dijo...

Donde hubo siempre queda...seguro, aunque sea tras las ojeras y esas cosas...