9 de enero de 2010

LA FUERZA DE LA PRUEBA

Cuando al fin llegue mi hora
Vivido habré y habré
Desperdiciado tanto
Que aun habiendo vivido
Habrá sido arrastrado
Sin pudor lamentando
No lograr levantarme
Amputado cianótico
Sin sueños huero roto
Tragando y siendo broza
Que se intuye infecunda
Pero al cabo viviendo
Y me iré igual que en vida
Sin pasión con desgana
Demostrado que tú
Siempre en mí habrás vivido
Y yo siempre esperando
Y yo siempre esperando
Y yo siempre esperando
Y yo siempre sabiendo
Que no que no que nunca

2 comentarios:

Circe dijo...

Y yo siempre esperando
Y yo siempre esperando
Y yo siempre esperando
Y yo siempre sabiendo
Que no que no
que nunca
tu "siempre"
a mi "nunca"
alcanza


y es que nunca y siempre no pueden encontrarse, ¡quién sabe...quizá en otro mundo esa coexistencia pudiera ser posible !

ralero dijo...

Bueno, Circe, yo ya no puedo estar seguro de tanto. Ya sabes que dicen que los extremos a veces se tocan. Y ya que en lo absoluto, no me cabe duda, Nunca y Siempre van unidos, quién sabe si no es posible la coincidencia de algún pequeño nunca con algún basto aunque insignificante siempre.

Abrazos.